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La segunda vida de los residuos orgánicos: energía verde

Una segunda vida a lo que hasta hace poco se consideraba “residuo”, es decir, que ‘a priori’ no era útil ni aprovechable. Los restos de las ganaderías, de la agricultura y algunas industrias agroalimentarias, son una fuente de riqueza para generar nueva energía.

La innovación energética y la economía circular se unen para evitar el consumo de nuevas materias primas. Toneladas y toneladas de basura y residuos diarios que nuestra sociedad genera y que pueden servir para producir precisamente energía. Estiércol animal, desechos de alimentos o residuos agrícolas que hoy son nuevos recursos para producir energía limpia, sostenible y verde tanto para los coches como para las cocinas domésticas, entre otros usos. Mejorando medioambientalmente, incluso al gas natural.

En 2040, según un informe del la AIE, ‘The Outlook for Biogas and Biomethane’ se estima que en el planeta se aumentará  hasta un 40% la disponibilidad de este tipo de residuos orgánicos que se podrían aprovechar y reutilizar para producir biogás o biometano sostenible. 

No se trata únicamente de producir energía limpia, sino que además se reduce el consumo de gas natural y se disminuye el gasto energético que supone eliminar actualmente esos residuos orgánicos. Cuadrando el círculo, la economía circular en este caso, como en la mayoría, tiene varios beneficios sobre todo económicos y medioambientales.

Así se convierten los residuos orgánicos en energía

Biogás como el Biometano es el futuro verde de los combustibles, un futuro al que la innovación ya nos ha hecho llegar, por lo que no deberíamos retrasar más la implantación de este tipo de soluciones energéticas cuya huella en el planeta es por fin inocua.