Le llaman el combustible del futuro, por algo será. El hidrógeno verde es 100% sostenible, con niveles de eficiencia muy elevados al compararlo con otros combustibles.
En nuestra sociedad el consumo de energía cada día aumenta, por lo que la dependencia de las energías fósiles también crecería cada día si no se buscan alternativas limpias. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) se espera un aumento de la demanda energética global de entre un 25 y un 30% hasta 2040.
Investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y la Universidad Politécnica de Valencia, han desarrollado una “nueva tecnología que permite transformar energía eléctrica en hidrógeno o productos químicos, aplicando solo microondas de potencia, sin cables ni contacto alguno con electrodos, lo que tiene un gran potencial para almacenar energía renovable y producir tanto combustibles sintéticos como productos químicos verdes”.
Sería un tremendo avance para la obtención del hidrógeno verde y, por tanto, un gran aporte hacia el uso de energía limpias y de la descarbonización industrial.
Esta reducción por microondas de materiales sólidos que logra extraer el hidrógeno verde, supone una revolución tecnológica que permitirá abaratar y simplificar este proceso, por lo que esta tecnología tiene ahora “un potencial práctico enorme, especialmente para su uso en el almacenamiento de energía y producción de combustibles sintéticos y productos químicos verdes”, como destaca uno de los profesores responsables de la publicación.
¿Qué es el Hidrógeno verde?
Una energía alternativa, eficiente, sostenible y más accesible que además, aporta una elevada carga energética gracias a su obtención a través de un proceso químico llamado electrólisis. Una fuente de energía clave en el futuro y en los planes de descarbonización de la economía en 2050, especialmente sectores como el transporte o la industria. Por su importancia Europa se está preocupando en concreto de los avances en la extracción y los usos del hidrógeno verde para lograr su expansión reduciendo costes y desplegando infraestructuras. Muchos retos para una energía que, sin duda, es el futuro.
