Desde finales de mayo en México se está viviendo una situación extrema y desconocida hasta la fecha; decenas de monos aulladores fallecen y caen de los árboles “como manzanas”. Las elevadas temperaturas durante días y semanas están produciendo consecuencias nuevas en varias especies animales, y concretamente de varios tipos de monos.
Más de 80 cadáveres de los llamados ‘monos aulladores’ han sido encontrados fallecidos en el estado del Golfo de Tabasco, una zona costera de México. Estos ejemplares son conocidos con este nombre por sus fuertes mandíbulas, grandes colmillos y dientes, y sus tremendos rugidos.
La deshidratación es el gran enemigo en todo el país, y los monos caen desplomados al suelo fallecidos. Los bomberos de la localidad de Tecolutilla han recogido varios cadáveres en las últimas semanas.
Otros tienen la suerte de ser rescatados y atendidos por servicios veterinarios. Sin embargo, los sanitarios aseguran que su estado es crítico, con evidente riesgo de vida, muy debilitados y con fiebres altas.
Los ejemplares de tamaño medio están resultando ser los más vulnerables. Su tamaño en macho supera los 13 o 14 kilos y su esperanza de vida media son unos 20 años. Estos animales necesitan árboles, sombra y fruta, sin embargo, hay varias nuevas condiciones que están haciéndoles mucho más vulnerables:
Estas zonas del país son normalmente áreas húmedas, con mucha sombra, pantanos, vegetación propia de la selva… Al tratarse de especies de monos furtivos, aunque los vecinos les acerquen fruta y agua para ayudarles, no suelen acercarse a las zonas habitadas.
La ola de calor extremo que azota México está provocando también pérdidas importantes en otras especies animales tanto reptiles como aves que también están sufriendo enormemente estos registros desmesurados para la supervivencia. Por supuesto que las pérdidas humanas también se están registrando, y según las autoridades mexicanas, más de 25 personas han fallecido a causa de las olas de calor y las elevadas temperaturas sufridas en los últimos meses.