Relajante, positivo y vital. Los tonos lavanda nos aportan serenidad y alegría a partes iguales. Junto a blancos o rosas más románticos, o atrévete combinado con naranjas y verdes. ¡Está de moda y nos encanta!
Dormitorios elegantes, románticos y relajantes gracias a textiles como ropa de cama, butacas, descalzadoras o alfombras en tonos malvas y lilas. Las cortinas o visillos, cojines alternando colores y texturas. Hay muchos elementos que pueden intercalarse con blancos, grises y otros neutros dando un toque de vitalidad inigualable.
Las ramas de lavanda natural o preservada son un toque campestre si nuestra decoración es rústica, provenzal o romántica, pero también son un punto de conexión con la naturaleza en un estilo mucho más contemporáneo o incluso en ambientes minimalistas donde rompen totalmente.
Si optamos por flores naturales, su frescura y fragancia son inigualables. Sus propiedades y su olor característicos, son grandes aliados para ahuyentar insectos en casa. Incluso hay quienes la utilizan para ambientar armarios o cajones.


Una vez seca, sus ramas también son decorativas, igual que cuando se mantienen frescas. Lo único es que hay que tener en cuenta ciertos cuidados y mantenimiento para que no se rompan.
Las piezas decorativas en tonos malvas, lilas, morados o violetas, son sin duda un toque sofisticado y sutil que tiene cabida en prácticamente cualquier estancia de tu hogar. Tonalidades un poco más oscuras o más luminosas, pero siempre con la vitalidad característica del color lavanda y su gama cromática.
Eso por sí solo, pero si además lo combinamos con tonos intensos y arriesgados como los naranjas o los verdes más llamativos, encontramos un resultado de lo más sorprendente. ¿Cómo te gusta a ti el tono lavanda?
