La joven extremeña sufrió un accidente cuando le quedaba un año para acabar sus estudios, ahora que los ha finalizado quiere ejercer como médica pero ya desde su silla de ruedas en su nueva vida adaptada. Sin embargo, “me vieron entrar en silla de ruedas y me dijeron que no”.
Con 23 años en una fiesta con compañeros se tiró a la piscina, se resbalaron sus manos con el fondo y golpeó con la cabeza directamente el suelo. Aunque sus compañeros le sacaron del agua inconsciente, nadie aventuraba la gravedad de aquel instante. Quedó tetrapléjica, con inmovilidad de cuello para abajo.
Berta Domínguez ha aprobado el MIR y ha firmado ya su contrato de trabajo como médica de familia, sin embargo, ahora le han comunicado que no es apta para el puesto. Ella está frustrada y denuncia discriminación tras el varapalo que ha supuesto para ella este rechazo.
Hija de un cirujano, le viene la vocación médica de familia, apenas le quedaban tres asignaturas para finalizar la carrera de Medicina cuando sufrió un accidente en una piscina al tirarse de cabeza al agua. Desde ese verano de 2017 su vida cambió radicalmente, pero ella continuó sus estudios y se preparó el duro examen del MIR.
“A todos se les llena la boca para la inclusión y la igualdad” se queja Berta, quien ha sufrido mucho para seguir estudiando mientras iba a rehabilitación o que ha tenido que aprender de nuevo a estudiar o hacer esquemas con sus nuevas limitaciones de movilidad.
"Coger apuntes, hacer resúmenes y esquemas se me complicó. Yo no tenía la misma rapidez que antes. Además, estudiaba con las piernas en alto porque, si pasaba mucho tiempo, con el estrés me bajaba la tensión y me mareaba. Y luego los espasmos. Todo el rato con almohadones en las piernas porque se me cruzaban solas por el estrés. Fue un esfuerzo extra que, en vez de reconocerse, se ha quedado ahí y parece que no ha pasado nada", explica en un reportaje en elespañol.com.
Una nueva vida adaptada, a la que ella se ha resignado con mucho esfuerzo, pero para la que la administración y el Ministerio de Sanidad no están a la altura precisamente para adaptarse y facilitarle el desempeño de su trabajo para el que se ha preparado tanto durante años.
Ni su coraje, su tesón y su entrega por lograr su sueño han podido con sus dolencias, calambres, bajadas de tensión y limitaciones, sin embargo, ahora un ‘no apta’ ha frustrado y cortado sus alas. Espera que haya reclamación y rectifiquen esta situación, porque obviamente su labor puede desempeñarse adaptándola a su movilidad y capacidad, bien sea en la especialidad de familia o en alguna otra.
