Cada día nos llegan nuevas aplicaciones, plataformas, herramientas que aseguran ser muy útiles para tu día a día, sin embargo, ¿te sirves de esta inteligencia artificial en tu trabajo? ¿Has logrado encontrar las herramientas concretas que te sirvan? Si la respuesta es sí, eres un afortunado.
La mayoría de los mortales siguen buscando y probando para lograr que la inteligencia artificial logre restar tiempo a sus labores cotidianas y le facilite otras. Las claves:
- Entrenar la herramienta
- Pedir con exactitud
Entrenar correctamente y lo suficiente a la herramienta de IA es básico para que tenga información y contexto que se ajuste a tus necesidades, y ello conlleva un tiempo de dedicación.
Además, después de ese adiestramiento pormenorizado hay que saber qué preguntar para ser lo más conciso posible y pedir con exactitud lo que buscamos. Puede parecer de perogrullo, pero si le pregunta si es capaz de escribir una carta te dirá que sí, pero lo ha escribirá. Si lo que necesitas es que te redacte esa carta, tienes que pedirle que lo ejecute, no que si puede hacerlo.
Son matices del lenguaje habitual que utilizamos, pero la IA necesita la mayor concisión posible, porque no da nada por hecho ni contempla obviedades como sí hacemos los seres humanos.
A priori, nos han vendido que utilizar la inteligencia artificial es fácil y nos soluciona muchos quehaceres, sin embargo, que sea capaz de tener una respuesta para todo lo que le preguntes, como Siri o Alexa, no significa que su respuesta sea útil. Todos hemos pedido una canción a un altavoz inteligente que no ha sido capaz de localizar, bien porque el nombre del título o del artista no era exacto, bien por que su algoritmo no ha escogido la elección idónea.
¿Qué son los ‘prompts’? Precisamente las claves para que la inteligencia artificial nos aporte respuestas acordes al tono, estilo o materiales que necesitamos exactamente. No es lo mismo un texto personal, que corporativo o comercial, y un tono concreto en un contexto equivocado es un error que puede tener consecuencias muy negativas.
Un ‘prompt’ tiene que ser muy concreto, cuanto más, mejor. Por ejemplo, es muy recomendable que al solicitar un texto le indiquemos qué tipo de fuente queremos que sea, es decir, si queremos que escriba como un poeta, un periodista, un profesor, un juglar del medievo…
También es muy útil que indiques a quién va dirigido el mensaje que le solicitas. Así, podrá adaptar su léxico o fórmula el discurso diferente si es para niños, para turistas, para estudiantes, para la tercera edad, para empleados, para clientes…
- Objetivos
- Tono
- Contexto
- Remitente
- Extensión o formato
Además, todos los expertos en el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial, recomiendan que las directrices para el encargo concreto no se den todas a la vez, sino que se vayan depurando en varias fases del proceso.
Antes o después, todo indica, que deberemos aprender a pedir a nuestra IA de cabecera qué necesitamos, y lo que ya tenemos bastante claro es que no sirve pedir como a un compañero de trabajo, la máquina es muy inteligente pero no interpreta ni observa obviedades. ¡Tenlo en cuenta!