Ni para comer, ni para dormir, ni para que ‘no molesten’… Las pantallas no son aliadas de ninguno de los hábitos de un niño, al contrario, retrasan su pleno desarrollo.
Los pediatras insisten en evitar el uso habitual de las pantallas con niños, especialmente los más pequeños, y ahora un estudio de la Asociación catalana de guarderías en más de cien centros, ha confirmado que la exposición de los niños a los dispositivos electrónicos retrasa su desarrollo normal.

Retrasos en varias áreas de aprendizaje
- Dominio del lenguaje
- Dificultad para crear vínculos afectivos
- Aislamiento entre iguales
- Problemas para comer
- Limitaciones en el desarrollo psicomotor
- Complicaciones para conciliar el sueño
Algunas de las recomendaciones genéricas que los expertos ofrecen a los padres y madres, son:
- Nunca exposición diaria
- Prohibir su uso durante las comidas
- Adultos sin móviles como ejemplo a imitar
- Fomentar el ejercicio físico en familia
- No usar soportes para pantallas en carrito, coche…

En concreto, los pediatras dan algunas pautas en el tiempo de exposición a las pantallas, aunque la recomendación de fondo es evitar su uso.
- Evitar pantallas en menores de 2 años
- Menos de una hora en niños de 2 a 5 años
- Limitar a dos horas en niños de más de 5 años
Según todos los agentes expertos, el uso prolongado y habitual de las pantallas en niños pequeños derivará en mayor o menor medida en insomnio, síntomas depresivos y reducción de sus herramientas sociales.