El futuro del vehículo eléctrico está lleno de incertidumbres debido a la gran dependencia de materiales como el litio, procedente de países en conflicto y en escasez potencial frente a la demanda previsible en los próximos años.
La reutilización o reciclaje de las baterías de litio también son un hándicap a la hora de elegirlo como material. ¿Cómo podemos evitar los problemas derivados de sus residuos y de su dependencia? Con otros materiales alternativos que sean, además, más respetuosos con el medio ambiente como el sodio.
¿Qué ventajas tiene una batería de sodio frente a una de litio?
Las baterías de sal o de sodio para los coches eléctricos son una potencial solución a algunas de las deficiencias que se han ido detectando a lo largo de estos años de constante evolución de este tipo de turismos.

Las baterías de sal o de sodio para los coches eléctricos son una potencial solución a algunas de las deficiencias que se han ido detectando a lo largo de estos años de constante evolución de este tipo de turismos.
Las grandes multinacionales y fabricantes automovilísticos han emprendido una carrera innovadora para implementar nuevas soluciones como las baterías de sal en sus prototipos de vehículos, para solventar las dificultades que supone el uso de este metal.
Si el aumento de ventas de vehículos 100% eléctricos, se desarrolla como se espera, la demanda de litio y otros materiales para fabricar baterías se incrementará notablemente, por lo que su precio incluso se encarecería más.
Ya en los últimos meses, concretamente a lo largo de 2022, los fabricantes reconocen que han sufrido unos incrementos de precios desorbitados y difíciles de asumir.
Según los analistas de este mercado al alza, el sodio podría evitar el consumo de cerca de 300.000 toneladas de litio sólo en China, que es aproximadamente un 7% del mercado automovilístico eléctrico mundial.