Los efectos secundarios o no deseados de los tratamientos contra determinadas enfermedades, principalmente cáncer, son una asignatura pendiente. En algunos casos se utilizan materiales, cascos o protecciones, para evitar que la radiación dañe el resto de tejidos u órganos que no queremos tratar porque no están afectados por la enfermedad o patología diagnosticada.
Actualmente hay muchas líneas de investigación en este sentido y los avances son realmente efectivos. Sin embargo, implementar nuevas tecnologías como la impresión aditiva o 3D está revolucionando, también este campo.
En la Universidad de Colombia han logrado imprimir un material conocido como ‘bolus’ que hace la función de un tejido en este caso para mitigar la profundidad a la que es capaz de llegar la potencia de los rayos usados cuando la dosis es la máxima posible.
Depende de qué parte del cuerpo sea el afectado por un cáncer o tumor, en el caso de la radioterapia, hay que proteger unos tejidos u órganos distintos. Existen en la actualidad diversos bolus realizados con materiales flexibles como la silicona o la parafina, para adaptarse a las curvas de nuestro cuerpo y así, proteger más.
En el caso de materiales como los plásticos u otros derivados del petróleo, que no logren adaptarse bien a la curvatura humana, pueden dejar espacios de aire donde la radiación sea absorbida por los tejidos sanos del paciente, o la dosis que deba absorber sea superior o inferior a la recomendada. Es lo que se conoce como dosimetría, o cantidad de radiación aplicada al tejido.
Bolus para radioterapia impresos en 3D
Existen varios laboratorios que llevan tiempo experimentando con la impresión aditiva para elaborar nuevos bolus capaces de mejorar la protección y la dosimetría en estos tratamientos de radioterapia como ‘Frontiers in Oncology’ o ‘Formlabs’.
La optimización de los sistemas de impresión aditiva para imprimir bolus destinados a su uso en radioterapia ha mejorado sorprendentemente en los últimos años según la doctora colombiana Karen Carrillo, quien ha diseñado varias soluciones con materiales especialmente ideados para esta funcionalidad.
En concreto, los materiales con los que ha trabajado la doctora Carrillo con el Instituto Nacional de Cancerología en Colombia, son ABS y PLA. La forma de imprimir en láminas estos materiales, ayuda notablemente a evitar esos espacios que se llenan de aire en lugar de adaptarse completamente al cuerpo del paciente.
Tanto estos materiales como su impresión laminada a diferentes grosores, han sido probados con distintas técnicas de radioterapia. Desde las que se utilizan en cánceres complejos, como los de tumores superficiales, como aquellas técnicas para otro tipo de células afectadas:
- Fotones
- Electrones
- Braquiterapia
En este tipo de test y pruebas, según la doctora Carrillo "las láminas impresas en 3D deben ser de un 60% para técnicas como fotones con el material ABS, y en un 40% para el PLA." Mientras que para terapias con electrones "el porcentaje aumenta a un 80% en ambos materiales, y si la técnica es braquiterapia sugiere un 60%."
Por el momento, los resultados para este tipo de tratamientos de radioterapia están siendo muy optimistas y las mejoras sobre los materiales y las técnicas de protección previas a la impresión aditiva, sin duda están resultando revolucionarias y muy beneficiosas.