Sólo esta pasada Navidad, la logística por carretera ha provocado 10.300 toneladas extra de óxidos de nitrógeno en Europa. Según la asociación ‘Transport & Environment’ en diciembre se han producido aproximadamente el doble de trayectos de transportes por carretera que un mes habitual, y en consecuencia un importante incremento de las emisiones conocidas como NOx.
Al hablar de emisiones contaminantes o tóxicas, solemos pensar en el dióxido de carbono o CO2, pero junto a él suelen emitirse por ejemplo en los tubos de escape de los coches y otros vehículos de motor de combustión, emisiones NOx. Principalmente los motores de combustión son los principales emisores de este tipo de partículas contaminantes en nuestro planeta.
¿Cuáles son las diferencias entre el CO2 y el NOx?
El dióxido de carbono es un gas necesario para la vida que en concentraciones normales no conlleva ningún peligro. Mientras que en altas concentraciones conlleva a lo que conocemos como ‘efecto invernadero’.
Los coches con motor de gasolina suelen emitir más cantidad de emisiones de CO2 mientras que los diésel contienen más cantidad de NOx, aunque ambos están presentes normalmente en los dos.
¿Qué son las emisiones NOx?
Se trata de óxidos de nitrógeno o un grupo de compuestos químicos a partir de gases como el oxígeno o el nitrógeno pero en combinaciones tóxicas para la salud. En la mayoría de los tubos de escape del parque automovilístico actual encontramos emisiones de dióxidos de nitrógeno o NO₂, combinación que resulta muy perjudicial si nos exponemos a ella.
¿Cuáles son los efectos de las emisiones NOx?
Los efectos tóxicos en el ser humano de las partículas NOx van desde las afecciones respiratorias como bronquitis agudas, asmas, alergias o importantes reducciones de la capacidad pulmonar, a irritaciones oculares y de las mucosas, e incluso de la piel donde pueden resultar altamente corrosivas. En una exposición prolongada puede provocar daños irreversibles especialmente en los pulmones.
Y no solo para el ser humano, las emisiones NOx también son muy perjudiciales para nuestros ecosistemas. Es capaz de producir la formación del llamado ‘smog fotoquímico’ provocando una grave desprotección a la capa de ozono de nuestra atmósfera.