El consumo de energía y el impacto medioambiental son un constante tira y afloja en instituciones, marcas y fabricantes. Reducir los consumos energéticos a pequeña escala es un reto tan ambicioso como necesario.
El pequeño electrodoméstico es un sector que no deja nunca de reinventarse buscando la obsolescencia de los aparatos. Y desde hace unos años con una tendencia muy marcada en el bajo consumo, eficiencia energética y una mayor sostenibilidad en el hogar gracias a ellos.
Imagina un ejemplo sencillo; la innovación en aspiradoras es una tremenda evolución que nunca cesa.
Si hay un modelo de aspiradora que limpia sola, ya no quiero la mía que tengo que dedicar mi tiempo y esfuerzo físico en pasarla.
Si en el mercado aparece una aspiradora que además de barrer también friega, quiero ahorrar en tiempo y esfuerzo, y quiero esa nueva aspiradora-fregadora.
El mercado no perdona y es una revolución constante que gracias a la innovación tecnológica logra crear la necesidad en el consumidor para que sus ventas nunca caigan. Afortunadamente también hay legislación en favor de la reducción de los consumos energéticos, y al igual que ahora está pasando con los vehículos diésel, se buscan fórmulas más sostenibles y eficientes.
Desde el 1 de septiembre de 2014, ya ha llovido y nevado bastante desde entonces, se prohibió la fabricación de aspiradoras con potencia superior a 1600 vatios para reducir el consumo energético de estos pequeños pero potentes electrodomésticos según directiva europea.
Novedosos aspiradores ‘de trineo’ con una alta potencia mejorada, de escoba, sin cables, autónomos,... La innovación nunca descansa en un sector donde la potencia ya no es lo más importante, afortunadamente…