En 2023 se pone fin a los paquetes de frutas y verduras envueltos con plásticos. El objetivo es fomentar la venta a granel, e incluirá el agua no embotellada. Son medidas para evitar el uso indiscriminado del plástico y derivados en centenares de envoltorios para hortalizas y fruta, y se prevé regular con el Real Decreto que está preparando el ejecutivo sobre Envases y Residuos del Ministerio para la Transición Ecológica.
Ahora falta conocer más detalles de esta nueva norma, ya que se prohibirán tan solo aquellos empaquetados para más de un kilo y medio de fruta, o solo se fomentará la venta a granel en los establecimientos considerados ‘minoristas’ como son las tiendas de barrio o los supermercados. En cualquier caso, a falta de esos pormenores, la idea que subyace es ir evitando todos los envases innecesarios.
Ya en esta línea, algunas superficies comerciales han optado por evitar las bolsas de plástico para sus frutas y hortalizas a granel, por otras de papel. Sin embargo, un elevado porcentaje de frutas llegan a sus estanterías con varias piezas ya empaquetadas en plástico.
Asociaciones ecologistas llevan años pidiendo este tipo de medidas, que otros gobiernos europeos ya han planificado o tienen en vigor. Por ejemplo, Greenpeace lanzó la campaña ‘Desnuda la fruta’ para evitar los plásticos de un único uso como en los envases de los supermercados.