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¿Cuánto pagaremos por entrar en las zonas de ‘bajas emisiones’?

¿Cuánto pagaremos por entrar en las zonas de ‘bajas emisiones’?

La nueva Ley de Movilidad Sostenible del gobierno central deja carta blanca a los ayuntamientos para cobrar una nueva tasa o peaje a aquellos vehículos que accedan a las denominadas zonas ‘de bajas emisiones’ de las grandes ciudades.

No es un impuesto nuevo ya que en algunas capitales y urbes de Europa llevan años, sin embargo, es el primer planteamiento serio en nuestro país. En España las ZBE o zonas de bajas emisiones son áreas que hasta ahora sufrían algunas restricciones de circulación o bien para algunos vehículos o para todos, pero sin cobrar nada por ello. Sin embargo, esta nueva ley está en trámite parlamentario para dejar la puerta abierta a este extremo.

Madrid

¿Se reducirá más la circulación en estas zonas por cobrar? Sería un importe similar al de aparcar en un párking público de la ciudad en cuestión, por lo que no hablamos de un coste no muy elevado que pudiera servir de filtro para provocar la disuasión de un importante porcentaje de tráfico en estas zonas.

¿Es coherente pagar por contaminar más? Muchos consistorios de grandes ciudades españolas se plantean esta disruptiva ya que es abrir la puerta a un sistema de pagar por contaminar, cuando la mayoría de administraciones locales están fomentando el uso de transporte público, ampliación de carriles bici, etc como soluciones eficientes y viables para transformar la movilidad de las ciudades.

En este sentido la Federación Española de Municipios y Provincias, la FEMP es clara: “Las zonas de bajas emisiones pretenden adecuar la circulación de vehículos privados por motivos medioambientales, materia en la que no cabe el principio de que se puede contaminar, pero pagando”.

Muy probablemente, y a falta de conocer el texto definitivo de la nueva Ley de Movilidad Sostenible, todo parece indicar que las medidas serán más restrictivas con la filosofía de reducir el tráfico, ampliar zonas peatonales o de bajas emisiones, etc. Y todo con la idea generalizada de cambiar hábitos de vida y movilidad, no de pagar por el uso del coche privado.

Por supuesto también hay defensores de esta opción, ya que deja abierta la libertad de tránsito para aquellos que por cualquier tipo de necesidad especial o temporal tengan que hacerlo, en lugar de prohibir y cerrar el tráfico radicalmente.