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Para fabricar un pantalón vaquero se gastan 100 piscinas de agua

Para fabricar un pantalón vaquero se gastan 100 piscinas de agua

La moda rápida, de consumir prendas nuevas, de tendencia y alta caducidad, la conocida como ‘fash fashion’ es un consumo insostenible que muchas marcas están intentando frenar, o al menos su marketing lo intenta disimular. Fabricar un pantalón vaquero hoy deja una huella hídrica aproximada de unas 100 piscinas.
Las prendas fabricadas en cualquier rincón del mundo a bajísimos precios, ha desencadenado que los consumidores nos acostumbremos a comprar ropa de temporada, que cada año sustituimos porque su calidad les hace poco resistentes a un uso prolongado, y su precio colabora a poder sustituirla sin un elevado desembolso económico.

Lo barato sale caro, especialmente al planeta. Un pantalón vaquero, el tradicional jean, deja en la Tierra una huella hídrica de más de 100 piscinas. Entre 2.000 y 3.000 litros de agua se emplean para fabricar un único pantalón vaquero.

Su base es el algodón, y para cultivar esta materia prima hace falta mucha agua, aproximadamente el cultivo de algodón supone entre el 3 y el 4% del consumo de agua en el mundo.
Cifras desmesuradas en un mundo en el que la moda se compra y desecha en apenas unos meses, y además desde la industria textil se fomenta ese consumo rápido ante el bajo precio de las prendas.

el cultivo de algodón supone entre el 3 y el 4% del consumo de agua en el mundo

Llegan las rebajas y en las grandes cadenas internacionales de ropa encuentras prendas por precios irrisorios, simbólicos y que hacen pensar en su precio de coste incluso.
Materiales sintéticos poco saludables, procesos de fabricación con dudas sobre la explotación y los derechos humanos, y especialmente esta huella hídrica de la que poco se habla y no se suele poner el foco, son motivos de mucho peso para dar una vuelta al consumo responsable de prendas de ropa.
El modelo productivo y de consumo está obsoleto, el ciclo necesariamente debe dar un cambio radical para evitar una huella hídrica insostenible e innecesaria.
Es más, el gasto de agua que conlleva un pantalón vaquero no es solo en su fabricación, también en su producción. Una prenda con etiqueta ‘made in China’ puede estar fabricada allí con algodón cultivado en otro rincón del planeta, que se ha recogido y transportado hasta China, con la contaminación de su cultivo y su traslado. Tras su fabricación se ha vuelto a cruzar medio planeta para llegar a destino o a un centro de distribución por ejemplo europeo y finalmente a una ciudad donde será adquirido por un consumidor a un bajísimo precio.
En todo el proceso de producción de una prenda de ropa, se gastan unos 10.000 litros de agua por kilo de algodón. Desde su cultivo y el consumo de agua de lluvia o regadío hasta las manos de un consumidor.
¿Sería ilustrativo para los consumidores de grandes marcas internacionales de ropa, ver en la etiqueta la huella de agua que esa prenda ha dejado en nuestro planeta hasta llegar a su armario? Quizá se comprarían menos prendas y se amortizarían más en lugar de sustituirlas rápidamente.
Los mercados de segunda mano están resurgiendo tras años denostados únicamente a cierto sector de la población más concienciado y alternativo. Plataformas como wallapop o vinted de compra-venta de segunda mano de ropa y complementos del hogar han vuelto a soluciones que sí eran habituales hace años cuando las abuelas remendaban la ropa de unos hermanos para los más pequeños.