Los plásticos y cajas que envuelven los productos, muchas veces sobran. Simplemente buscamos cuatro kiwis, no una barqueta de cartón y un gran plástico transparente. Si las galletas vienen en bolsitas con cuatro galletas, un plástico para cada cuatro de esas bolsitas, una caja conjunta y un plástico que protege esa caja. El exceso de envoltorios es evidente.
Además de miles de ciudadanos que como consumidores buscan los productos a granel y con menos ‘packaging’, también hay empresas, afortunadamente que han declarado la guerra a los embalajes innecesarios. Es el caso de un fabricante de embalajes sostenibles, Smurfit Kappa, que ha creado un comparador para detectar todo lo prescindible; ‘your litter check’.
El consumidor o el empresario pueden comparar los residuos que se generan a partir del embalaje de un producto concreto, y comprobar cuáles son reciclados, reciclables, etc. Así, una empresa puede tomar decisiones basadas en un análisis y en datos objetivos sobre el envoltorio de sus productos.
Desperdicios innecesarios y residuos superfluos con ciclos de vida muy largos que no solo pueden ser reciclados, si no que pueden ser sustituidos. Bien por otros materiales ya reciclados o bien por otros fabricados con materias primas sostenibles.
Cuando se declaró la guerra global contra las bolsas de plásticos especialmente en las tiendas de alimentación, descubrimos que la férula de patata podía ser la base para bolsas muy similares pero biodegradables. Y como ese material, afortunadamente han surgido muchos más como la caña de azúcar o la cáscara de almendra con muchas posibilidades, precios competitivos y resultados duraderos y resistentes.
No solo de plástico vive la industria. Ha costado convencer a muchas fábricas pero poco a poco esa máxima se va erradicando. Sin duda, iniciativas tan didácticas como este comparador ayudan a convencer a muchos, a dar visibilidad y a promover ‘otras opciones’ como primeras opciones ya para siempre.