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España: suspenso en calidad del aire

La baja calidad del aire es letal, hasta 15 veces más que los accidentes de tráfico en carretera. Más de 25.000 muertes prematuras se deben en España a la mala calidad del aire que respiramos según la Agencia Europea de Medio Ambiente. La evidencia sanitaria indica que una de cada diez muertes en nuestro país está relacionada con la contaminación.

En 2022, más del 90% de la población española respiró aire con ‘niveles insalubres de contaminación’ según la organización Ecologistas en Acción. Por lo tanto, nuestros niveles de contaminación en el aire son peores cada año. Y, además, esta tendencia mortal, aseguran que se está incrementando aún más, por el irrefrenable avance del cambio climático.

La contaminación generada por el tráfico rodado, especialmente de las grandes ciudades, es una de las mayores problemáticas en cuanto a su merma en la calidad del aire. En Madrid y Barcelona los niveles han empeorado acercándose incluso a los límites legales actuales.

¿Por qué ha empeorado la calidad del aire?

Tráfico

Cambio Climático

Emisiones contaminantes

Con los nuevos límites de contaminación que la Unión Europea ha establecido para 2030, más de 30 ciudades españolas, entre ellas grandes urbes como Barcelona, han superado los niveles de dióxido de nitrógeno, de partículas tóxicas o niveles de ozono. Por su parte, Madrid estaría cerca de esos límites, pero sin superarlos hasta el momento.

Zonas de bajas emisiones

Desde inicios de 2023, la normativa establece que las ciudades de más de 50.000 habitantes deben establecer zonas de bajas emisiones para reducir los niveles de contaminación, disminuir el tráfico rodado en el centro de las urbes e ir progresivamente mejorando la calidad del aire.

Sin embargo, y aunque ya ha pasado el plazo que estipula la nueva ley, únicamente 10 ciudades españolas han delimitado zonas de baja contaminación. Las autoridades locales son reacias por el momento a limitar el tráfico en sus ciudades y poner en marcha otro tipo de alternativas que ayudarían notablemente a cambiar la movilidad urbana:

Promover el uso transporte público

Crear o ampliar la red de carriles bici

Crear aparcamientos disuasorios en la periferia

Fomentar la ciudad de 15 minutos

Poner puntos de recarga de vehículo eléctrico