Las emisiones contaminantes tienen al planeta al borde del abismo, y si no se frenan drásticamente, según Naciones Unidas, no podremos evitar una catástrofe irreparable. Según el último informe de la ONU, elaborado por el equipo de especialistas en cambio climático, el consumo global de carbón tiene que reducirse hasta un 95% para 2050.
Sectores como el energético o el industrial lideran la producción de emisiones tóxicas a nuestra atmósfera, y tenemos que lograr reducirlas a la mitad en 2030. En los próximos años nos jugamos el futuro y la viabilidad de nuestro planeta, por eso la ONU dice que “es ahora o nunca”. O tomamos cartas en el asunto y logramos una reducción sustancial y un cambio de modelo real, o el calentamiento global se materializará en consecuencias catastróficas.
Solo las emisiones de gas metano tienen que bajar hasta un tercio, si no, difícilmente sea sostenible la situación. Este informe de la ONU muestra cada siete años la situación medioambiental y las recomendaciones acorde, para frenar el cambio climático en nuestro planeta. En éste habla de “objetivos inalcanzables sin una reducción inmediata y transversal en todos los sectores productivos.”
La opinión de los expertos es de nuevo contundente, sin embargo, cada nuevo informe comprobamos que la situación continúa agravándose, los climas se extreman, las consecuencias son tangibles, y pese a todo, los cambios profundos en los sectores productivos no se producen. Incluso aunque en cada cumbre del clima se expongan y firmen acuerdos y compromisos por los gobiernos de los diferentes países.
La última ocasión, en noviembre de 2021, en la Conferencia del Cambio Climático de Glasgow, se firmaron compromisos de reducción de emisiones pese a los que la temperatura de nuestro planeta se elevaría 2,8 grados a finales de
Una vez más, la comunidad científica internacional se echa las manos a la cabeza, pero las emisiones de efecto invernadero, de continuar a este ritmo sufriremos “un catastrófico aumento” de hasta 2,7 grados la temperatura de La Tierra.
