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NYC ANGELA WEISS - AFP

Incendios y cambio climático: nube tóxica en NYC

NYC ANGELA WEISS - AFP

Los incendios en el país vecino, en la costa este de Canadá, está provocando la peor situación de calidad de aire que se recuerda en Nueva York. Todo el estado de Filadelfia está en alerta “código rojo” ante la situación de un aire completamente insalubre.
La semana pasada se alcanzaron en NYC una concentración de toxicidad diez veces superior a los niveles que la Organización Mundial de la Salud considera soportables. Según las autoridades locales es muy peligroso, hay que evitar salir a la calle, especialmente a hacer deporte, y se hace imprescindible el uso de mascarillas.

Es más, el director nacional de la Asociación Estadounidense del Pulmón, que defiende el aire limpio alerta: “Si puedes ver u oler el humo, debes saber que estás expuesto”.

“Y es importante que hagas todo lo posible para quedarte en espacios interiores durante esos episodios de alta contaminación, es realmente importante prestarle atención a tu salud y a cualquier desarrollo de síntomas”.

"Los niños activos, los adultos y las personas con enfermedades pulmonares como el asma deben reducir los esfuerzos prolongados o intensos al aire libre".

Una densa nube naranja procedente del humo que emiten los incendios forestales en Canadá está limitando y reduciendo la calidad del aire en muchos puntos de su vecino Estados Unidos. Unos 55 millones de personas están expuestos a ese problema de salud por el aire contaminado que les asfixia.
Las ciudades y áreas metropolitanas más afectadas han sido Nueva York City, Pensilvania, Nueva Jersey o Connecticut, zonas de Massachusetts, New Hampshire, Maryland, Virginia, las Carolinas, entre otras, con niveles de partículas tóxicas muy elevados, incluso nunca antes sufridos. En el caso de Nueva York ha llegado a registrar los peores niveles de contaminación atmosférica de su historia durante la jornada del martes 6 de junio.

Más de un centenar de incendios forestales simultáneos es un desastre medioambiental de una gran envergadura, y que, además, paralelamente, está provocando más efectos secundarios negativos también de una gran peligrosidad. De ahí que las escuelas públicas cerraran su actividad y se suspendieran miles de actividades cotidianas para reducir la exposición de los ciudadanos y el riesgo.
Una exposición prolongada a unos niveles de toxicidad tan elevados puede provocar efectos negativos en la salud de todos los ciudadanos, y especialmente a niños, ancianos o enfermos crónicos. No podemos olvidar que cada año mueren en todo el planeta millones de personas por la mala calidad del aire que respiran y se producen más de 4 millones de fallecimientos prematuros según la OMS.
En NYC llegó a alcanzar la peor calidad de aire registrada en todo el mundo el pasado martes día 6 de junio, en situación similar a Nueva Delhi en La India, Yakarta en Indonesia o Dhaka en Bangladesh.
El humo que emiten los incendios forestales transporta partículas minúsculas, como el contaminante más peligroso y diminuto, el PM2.5. Al respirar el aire que lo contiene esta sustancia es capaz de pasar a las vías respiratorias, al tejido pulmonar e incluso a la sangre y se ha demostrado que puede crear y empeorar síntomas como asma y otras dolencias respiratorias o cardíacas.