Decenas de muertos, miles de hectáreas calcinadas, personas desplazadas de sus viviendas… Es sólo parte del fatal balance de unos incendios que están calcinando los montes de la mayoría de los países del sur de Europa.
Argelia, Grecia e Italia sufren especialmente una ola de incendios que han obligado a la evacuación de pueblos y aldeas tras jornadas en las que se han superado los 44 grados centígrados.
Los expertos elevan la voz de alarma ante las intensas y repetidas olas de calor, que cada verano son más frecuentes e intensas, en las que en el sur de Europa se suceden los récords de temperatura y que provoca incendios forestales y el calentamiento de nuestros mares y océanos.
La biodiversidad tanto en tierra como en el mar se está alterando sin vuelta atrás, y las sequías están provocando un elevado riesgo que en el caso de incendio conlleva otro riesgo en consecuencia: la desertificación de los terrenos arrasados por el fuego.
En Grecia un hidroavión se estrelló con el fallecimiento de sus dos ocupantes a bordo mientras luchaban contra el fuego, y en el sur de Italia, en Catania (Sicilia) los cables han registrado temperaturas superiores a los 47 grados centígrados y sus habitantes han sufrido cortes de luz y agua, “se han vivido los días más complicados en décadas” según la prensa local.
Las empresas turísticas han sufrido importantes pérdidas y cancelaciones, pero esto sólo es el comienzo, porque se trata en muchos casos de zonas que son (o eran) destinos turísticos y que el fuego ha convertido en un paisaje negro y calcinado.
Riesgo extremo en España
El riesgo de incendio forestal es extremo o muy elevado también en España durante estas semanas. El verano es especialmente complicado para los equipos de prevención y extinción y durante julio y agosto es el momento más crítico. Especialmente este verano en el que la sequía ha castigado los bosques y campos que están muy secos desde hace meses.
La naturaleza nos muestra situaciones nunca antes vistas como las temperaturas extremas de las olas de calor o las tormentas torrenciales que han provocado importantes daños materiales y humanos en el sur de nuestro continente. Se extreman los fenómenos meteorológicos adversos y saltan todas las alarmas del cambio climático.
Hay registros alarmantes e históricos que, sin embargo, se superan cada año. Tocar récords de temperaturas se convierte en tendencia, de manera que lo extraordinario se convierte en habitual, aunque no sea para nada algo normal.
Los ríos europeos han sufrido unos caudales mínimos, más del 60% han estado por debajo de su media. Con suelos castigados sin nieves ni lluvias, la sequía ha dejado unos niveles de falta de humedad que no se veían en los últimos 50 años.