El BOE recoge todas las nuevas características que deben poseer las escaleras mecánicas y los andenes ferroviarios de las zonas públicas, según la última normativa vigente de accesibilidad en nuestro país. Precisamente para evitar agravios a la hora de usar espacios públicos por parte de las personas con movilidad reducida o discapacidad.
La tecnología se ha ‘puesto las pilas’ en materia de accesibilidad ya que la laguna existente dejaba fuera a muchas personas a la hora de instalar nuevos soportes y soluciones de tránsito de personas por ejemplo en centros comerciales, halls de estaciones de trenes, autobuses o aeropuertos.
Avances tecnológicos pero siempre accesibles, era la premisa que no terminaba de ir implícita hasta hace poco en muchas soluciones innovadoras. Los espacios públicos tienen que reunir unos mínimos de accesibilidad y no discriminación para el acceso y uso de todas las personas con seguridad y comodidad aseguradas.
La autonomía de la tecnología a veces no incluye comodidad y seguridad, y entonces no es viable para todos y hay que buscar nuevas soluciones innovadoras. Es el caso de los andenes móviles que Renfe ya va a incorporar también en los trenes de cercanías y que hasta ahora solo estaban disponibles en Alta Velocidad.
Otro ejemplo son las populares y omnipresentes escaleras mecánicas, que aunque están presentes en muchos espacios como una fórmula para cambiar de planta, son totalmente impracticables para las personas en sillas de ruedas.
Las novedades sobre cómo deben ser técnicamente las nuevas rampas, ascensores o elevadores o escaleras mecanizadas para que puedan ser la opción accesible o la complementaria para personas con movilidad reducida, contemplan que los criterios de accesibilidad primen sobre otros como norma base.
Medidas concretas y distribución de espacios por ejemplo en el caso de ascensores con una puerta o dos, etc. Además, la señalización y visibilidad de éstos y la colocación de pasamanos y barandillas para facilitar su uso y seguridad.
Sin embargo, tanto en Europa como en España los observatorios en materia de accesibilidad lanzan cada año nuevos puntos y muchos antiguos que no terminan de subsanarse ni siquiera en los espacios públicos urbanizados, que a priori deberían liderar esta actuaciones sobre el sector privado y las instalaciones por ejemplo comerciales.
Por ejemplo, el conocido ‘Informe Olivenza 2022’ sobre políticas públicas de discapacidad, contempla la nueva Estrategia Española sobre Discapacidad 2022-2030 con nuevas líneas de análisis como la de género y la intersectorial para ampliar los diagnósticos sociales en estas materias.