La accesibilidad es algo tan sencillo como que sea accesible a todos, sean cuales sean las necesidades o limitaciones concretas. Se trata de lograr que todos los servicios y/o productos sean accesibles y útiles para todos, independientemente de la tecnología que utilicen o de las condiciones de las personas que lo necesiten. Es decir, que cualquier persona lo pueda usar, sea cual sea su edad, género, cultura o discapacidad y grado de ella.
Vivimos revoluciones y transformaciones sociales que probablemente el tiempo nos descubrirá que serán más profundas y trascendentes que en su día la Revolución Industrial. La digitalización de la sociedad es evidente, pero en muchos aspectos están transformándonos sutilmente casi sin darnos cuenta.
La revolución tecnológica
La revolución energética
La revolución digital
La revolución inclusiva
La revolución de la inteligencia artificial
La revolución demográfica
La revolución sostenible
Nuestra sociedad es heterogénea y capaz de implementar nuevas tecnologías de un día para otro. Una sociedad avanzada es sinónimo de un amplio número de personas que no deja atrás a colectivos diferentes y que se vale de tecnologías para avanzar en comodidad, soluciones de tiempo, agilizar procesos, nuevas realidades, retos medioambientales, entre otros.
La brecha digital se entendió, en los comienzos de la digitalización de nuestra sociedad, como el desequilibrio y desventaja de las generaciones que por estar en una edad avanzada se ‘quedaban atrás’ en la revolución tecnológica que suponían los teléfonos móviles inteligentes o smartphones, o la llegada de internet a nuestras vidas.
Sin embargo, en la actualidad la brecha digital ya nos hace pensar en otros colectivos a los que la accesibilidad ha dejado fuera de muchos o algunos avances tecnológicos.
La accesibilidad es una capa imprescindible que adapta una página web o una aplicación móvil a todos los usuarios. Algo tan sencillo como necesario para una sociedad avanzada. Nuestra vida está llena de mejoras gracias a la tecnología como una aplicación para las citas médicas, pero si esta solución no alcanza al 100% de la sociedad, no es una herramienta útil ni una solución ya que no permite el avance de ese trámite en su totalidad.
La historia está llena de ejemplos y nosotros estamos viviendo transformaciones muy importantes, cuya trascendencia veremos con claridad con el paso del tiempo. Revoluciones como en su día la rueda, la penicilina o la imprenta que transformaron la historia y la sociedad para siempre.
La investigación y la inversión en I+D+i es el aval para el avance en medicina y para erradicar enfermedades o alargar nuestra esperanza de vida. También en materia de accesibilidad e inclusión social nuestro mundo contemporáneo se está transformando sin vuelta atrás y sin pausa.
El mundo avanza muy rápido, incluso para los que somos protagonistas de esta época y vivimos en primera persona esas transformaciones. Por lo que el reto es mucho más ambicioso de lo que a simple vista parece.
La usabilidad y accesibilidad tecnológica es hoy un reto y un asunto de primer orden en todos los sectores, productos, servicios y bienes. Incluso en materia financiera nuestro mundo se ha revolucionado en pocos años con pagos online, paypal, bizum, apps de nuestros bancos tradicionales, etc.
Nada escapa a la revolución tecnológica, pero nadie puede quedar fuera de ella. Por fortuna, por el momento esta transformación está siendo en gran medida inclusiva, porque una revolución tecnológica sin inclusión social no será efectiva ni real, se está demostrando que las marcas y las multinacionales lo tienen claro.
