En los primeros meses de 2025 la nueva mezquita abrirá sus puertas a los fieles en uno de los barrios más antiguos de Dubái. Con el objetivo de convertirse para 2030 en el primer emirato árabe con un centro mundial de tecnología, Dubái tiene proyectada ya una mezquita que será construida con una impresora en 3D. Parece ciencia ficción o un capricho de un jeque, pero la innovación avanza a ojos vista y las grandes impresoras de 3D son capaces de proyectar y levantar edificios impensables hasta hace muy poco.
La impresora 3D es capaz de construir dos metros cuadrados en una hora gracias a tres personas y una máquina con una tecnología única en el mundo que utiliza materias primas y hormigón.
En octubre arrancan las obras y en dos años la primera mezquita impresa en 3D será una realidad en el barrio Bur de Dubái con sus 2.000 metros cuadrados de amplitud y un aforo para más de 600 fieles. El proyecto acaba de ser anunciado por el Departamento de Asuntos Islámicos y Actividades Caritativas de la capital.
“La construcción durará unos cuatro meses para completar la impresión 3D de la estructura del edificio y otros 12 meses para equiparlo con las instalaciones adecuadas”, informó el director de ingeniería del Departamento gubernamental y responsable del proyecto, Ali Al Suwaidi. Quien también recordó que “el coste es un 30% más alto que construir la mezquita de manera normal porque es la primera de su tipo en el mundo”.
Sin embargo, la tecnología de impresión 3D para la construcción, aseguran desde el Departamento de Asuntos Islámicos y Actividades Caritativas de Dubái, será más barata en el futuro y con una garantía de construcción de 30 años. Además, evitará todos los residuos producidos en el proceso de construcción tradicional.
Dubái ya es cuna de la tecnología 3D en construcción con varios prototipos y edificios pioneros con la intención de convertirse en el HUB internacional del desarrollo de la tecnología 3D en la construcción y la medicina.
Por ejemplo, en 2019 abrió sus puertas el edificio más grande construido hasta el momento con tecnología 3D, fue además el primero de dos plantas impreso en 3D con 640 metros cuadrados y casi 10 metros de altura. Para construirlo fue necesaria una grúa que movía la propia impresora 3D y tres personas para moverla.
El desarrollo y el apoyo de Dubái a la tecnología 3D en la construcción va más allá, porque en 2021 se aprobó un decreto concreto para la regulación de la utilización de las impresoras 3D en la construcción. La estimación de las autoridades es que el 25% de los edificios construidos en 2030 se construirán con tecnología de impresión 3D.
Las extravagancias son normales en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, como las 160 plantas y 830 metros de altura del edificio más alto del planeta, el Burj Khalifa. Sin embargo, el proyecto de la mezquita surge de una empresa startup gracias a una plataforma, Immensa Technology Labs para fomentar y apoyar este tipo de construcciones y la tecnología 3D ante la previsión de demanda de las autoridades de Dubái.
Sólo en el sector de la construcción, se estima un volumen de más de 500 mil millones de euros en proyectos impresos en 3D para 2025, según la Fundación Futuro de Dubái.
