Elegante, sofisticado, sencillo, natural… Cualquier estancia de la vivienda gana protagonismo y estilo sólo con incorporar algún elemento en mármol natural. Resistente y duradero es una de las piedras más bellas y versátiles. ¿Blanco, negro o colores?
Propio de ambientes de la aristocracia o adinerados, hoy el mármol nada tiene que ver. Utilizar piezas de mármol o cubrir con él algunos espacios nos aporta un toque muy especial tanto por su color como por su textura es un elemento que no pasa desapercibido, sin embargo, sí es versátil y combinable con casi todo lo que podamos imaginar.
Es una piedra con un alto valor por sus usos y gran belleza y podemos integrarlo como piedra estructural y ornamental en nuestro salón, baños, peldaños de escaleras o suelos, si nuestra vivienda es personalizada a nuestro gusto. Su gran resistencia y su excelente limpieza nos facilitará el día a día y además será muy duradero sin lugar a dudas.
Un material atemporal, que no pasa de moda, aunque es cierto que desde hace un tiempo es tendencia al alza en el diseño de interiores y aparece destacado en los catálogos de decoración en numerosas piezas.
De hecho, últimamente ha sido capaz de colarse en mobiliario como mesas, auxiliares, mesillas, consolas, apliques de lámparas, cajitas decorativas, marcos, bandejas…
Combina perfectamente con otros materiales naturales como la madera, el cristal o el metal bien cromado, negro, dorado… Y sus contrastes son uno de sus mayores aliados a la hora de utilizarlo, por ejemplo, en mobiliario.
Grandes mesas centrales con tapa de mármol para un salón elegante, sofisticado y contemporáneo. Aunque se trata de un material frío, crea ambientes llenos de personalidad y encaja con textiles que equilibran con su calidez.
El mármol blanco es capaz de colonizar desde baños y aseos, a cocinas en sus amplias encimeras o mesas, a salones y entradas con consolas originales… El toque se lo puedes aportar con detalles en metal negro, por ejemplo.
Mientras el mármol negro o cualquier oscuro como gris antracita, combinan a la perfección de la mano de la madera, por ejemplo, en nogal, aportando vibraciones muy modernas, con carácter y sin salir de la neutralidad. También los toques en dorado realzan su aspecto de pureza y robustez.
La gama de colores de mármol se ha ido ampliando mucho en los últimos años, y, además de los clásicos, los tonos rosados o verde botella son también clara tendencia. Crean un estilo más acogedor al tratarse de tonos menos fríos, y resultan mucho más originales aún.
Las vetas naturales del mármol, en la tonalidad que sea, aportan una naturalidad propia de los materiales artesanos y provocan sensaciones de exclusividad. No hay dos piezas de mármol iguales, es imposible porque la naturaleza es singular y caprichosa.