Neutros, suaves e infalibles. Regresan las tonalidades clásicas que se camuflan en textiles, piezas artesanas, papeles pintados, láminas… Nudes, beiges, crudos, grises, tierras, marrones… ¡Disfruta del otoño suave!
Destapamos los colores más propios del otoño para aparcar temporalmente los colores más atrevidos que habían sido nuestros compañeros durante el verano. La calma, la paz y la tranquilidad que nos transmiten las tonalidades suaves y neutras son un gran beneficio para aquellas personas que pasan mucho tiempo en casa. Y con la llegada del otoño nos apetece ser algo más caseros, llega el tiempo de mantita en el sofá.
Toda la gama de marrones, incluida la madera natural, es una garantía de ambientes acogedores y cálidos. Los grises desde el antracita al perla suelen ayudar a contrastar y dar profundidad a los espacios, por ejemplo, con piezas en estanterías o cojines combinados.
Los crudos también son sinónimo de contraste y además nos aportan luminosidad y amplitud, por lo que no podemos prescindir de ellos tanto en textiles como en piezas decorativas. Mientras que los blancos más puros, estilo tiza, son más estridentes y pueden distorsionar en ambientes de colores suaves. La frialdad del negro también debemos evitarla y decantarnos por un marrón wengué o un gris antracita y hacerlo siempre en una dosis muy limitada.
Todas las opciones de nudes, tierras, beiges… ayudan a crear espacios atractivos y equilibrados, en los que te sientas cómodo y sereno. Los neutros nos aportan directamente:
- Calma
- Serenidad
- Equilibrio
- Tranquilidad
- Paz
- Armonía
- Relax
Los colores neutros tienen muchas propiedades y entre otras más emocionales, también hay beneficios decorativos como su gran versatilidad. Cuando combinamos otro tipo de tonalidades es difícil intercambiar, por ejemplo, una lámpara de un despacho al salón, o cojines de un dormitorio a otro. Sin embargo, unos cojines en crudo son mucho más fáciles de adaptar.
Nada de discreción y sencillez, también puedes apostar por piezas singulares llenas de personalidad como decoración en macramé en tonos beiges y madera, por piezas en cerámica y barro visto, y por supuesto, por cualquier mobiliario en madera natural.
Combinando tonos muy suaves como los colores tierra y naturales, podemos incorporar elementos como esculturas en piedra, marcos en madera sin tratar, lámparas de ratán o mimbre en estilo vintage, cestería natural… Se trata de materiales y tonos que se adaptan perfectamente a un ambiente neutro.
En estilos decorativos minimalistas los tonos neutros suelen encajar perfectamente, pero no sólo. Otros ambientes en estilos más románticos o rústicos, o incluso contemporáneos y étnicos también agradecen la armonía que nos aportan los colores más suaves.
Los colores neutros también son llamados acromáticos por la ausencia de un color fuerte, otros diseñadores de interiores los catalogan de insaturados o neutrales. A veces, los pasteles suaves, los tostados y otras tonalidades como verde salvia, menta o mostaza se incorporan en las tendencias de los colores neutros.
