En el cuarto trimestre de 2022 el precio de la vivienda ha subido un 8,1%. Destaca Madrid que se ha encarecido el doble que Barcelona, por ejemplo. Pese a los temores del sector, demanda y precio acaban el año al alza.
Eran muchos los analistas inmobiliarios que auguraban un cierre de año con el precio de la vivienda residencial a la baja y que hablaban de muchas incertidumbres sobre el sector. Sin embargo, una vez más, la vivienda demuestra una fortaleza y estabilidad a prueba de temores y rumorología.
Cuando se siembran dudas las bolsas se vuelven locas y se ven disparates, pero el sector inmobiliario sigue siendo un valor refugio como pocos. La vivienda es el ‘valor refugio’ más recomendable habitualmente y en concreto en la actualidad.
Las subidas de tipos intentan corregir la demanda y contraer el consumo, sin embargo, la vivienda no ha mermado en estos meses su carencia de stock de casas de obra nueva especialmente, y los precios se mantienen elevados. Tanto en alquiler, como en compra de segunda mano como, especialmente en la nueva construcción, se nota una carestía que no deja indiferente al resto del mercado inmobiliario.
Según el informe de Mercados Locales de Tinsa, el último trimestre del año 2022 ha sido muy bueno para la vivienda, con una subida de media de un 8,8% en la comparativa interanual, y con respecto al trimestre anterior, un 2,4%. Datos contundentes que muestran un sector inalterable y sólido como pocos.
En 2022 la vivienda ha acumulado una subida en su precio de un 8,1%. Un incremento coherente según Tinsa, ya que el IPC ha crecido un 8,4%, por lo que lejos de burbujas inmobiliarias como muchos se han dedicado a pronosticar durante casi todo el pasado 2022, se trata de un crecimiento contenido y estable de los precios de las viviendas.
En concreto, esta subida se concentra en grandes ciudades donde se han incrementado de entre el 3 y el 8%. Y particularmente en capitales como Madrid, hablamos de un 9,2%, lo que supone el doble que otras ciudades que también han subido como Barcelona un 4,7%.
En cuanto a la demanda no solo tiene mucha responsabilidad de ese dato del precio, sino que además, continúa elevada. Una demanda contenida por varios factores que acumulan compradores con ganas de adquirir una nueva vivienda:
- Encarecimiento del precio del dinero y de las hipotecas
- Escasez de vivienda de obra nueva ante la subida de los costes de construcción
- Falta de suelo urbanizable en las zonas más demandadas
Los precios de la vivienda, pese a los ríos de tinta derramados sobre este tema, son estables y contenidos. España tiene hoy un precio medio casi un 20% inferior a los precios que se dieron en el año 2007 en nuestro país.
"La demanda de vivienda ha bajado radicalmente en otros países. Por ejemplo, en EE UU hay hipotecas a 30 años al 7% y con precios que han subido en torno al 60% desde la crisis financiera, mientras que en España se pueden encontrar préstamos en torno al 3,5%", según un catedrático de la Universitat Pompeu Fabra, como recoge el periódico ‘Cinco Días’.
El principal indicador para las hipotecas, el euríbor, precisamente ha cerrado el año cruzando una barrera psicológica importante, el 3%. Tendencia que parece que podría continuar en esta línea según la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN), que augura que el euríbor alcanzará a mitad del 2023 el 4%. Aproximadamente en junio de este nuevo ejercicio, prevén que se supere ese nuevo hito, que en cifras se traduce en unos 2.000 euros más anuales por cada 100.000 euros hipotecados.