La vivienda sigue siendo el mejor 'valor refugio'. Dubái, Miami o Madrid lideran las subidas del precio para este 2023 según las previsiones. Ni los tipos frenan el crecimiento del residencial, que en Madrid crecerá hasta un 4% más. Con un alquiler 'por las nubes', las familias propietarias disfrutan de un 45% más de renta.
La vivienda residencial tira del carro inmobiliario y en este nuevo 2023 seguirá en su particular escalada de precios. Si en Dubái la vivienda se encarecerá en este nuevo año hasta un 13,5% más, en Madrid se espera una subida de un 4% en el precio actual.
La casa inmobiliaria Knight Frank lanza cada año sus expectativas sobre el sector para el siguiente ejercicio, y en esta ocasión ha destacado las 25 grandes ciudades en todo el mundo que liderarán la subida de precios de la vivienda. En concreto ciudades como Dubái encabezan el ránking y sube un 13%, a continuación Miami que se incrementa un 5%, seguido de varias capitales situadas en el 4%; Madrid, Los Ángeles, Dublín, París, Singapur y Lisboa.
Las subidas de tipos intentan corregir la demanda y contraer el consumo, sin embargo, la vivienda no ha mermado en estos meses su carencia de stock de casas de obra nueva especialmente, y los precios se mantienen elevados. Tanto en alquiler, como en compra de segunda mano como, especialmente en la nueva construcción, se nota una carestía que no deja indiferente al resto del mercado inmobiliario.
La construcción tiene costes muy elevados, mano de obra cualificada muy escasa, y ha sufrido tanto encarecimiento como carestía de materias primas fundamentales desde hace meses, como la madera, el acero o los transportes. La situación solo ha hecho que sumar contratiempos, sin embargo, el dinamismo del sector ha demostrado una gran fortaleza y estabilidad.
El vigor de las operaciones financieras inmobiliarias, pese a tener todo en contra, ha continuado con fuerza. El informe anual de Knight Frank habla del “calentamiento inmobiliario” en París, Madrid, Dublín o Lisboa, pese a la delicada situación de la Zona Euro frente a una hipotética recesión.
La subida del precio del dinero y de las hipotecas no debería traer subidas de precios en el sector inmobiliario, sin embargo, desde la pandemia el comportamiento de la vivienda está siendo mucho más estable y fuerte de lo que todas las previsiones esperaban.
Las incertidumbres generadas primero por la pandemia, después por las consecuencias de los confinamientos y al tiempo por una guerra y una crisis inflacionista, están alterando los mercados y las inercias habituales de los inversores. Sin embargo, fuerte y sólida la vivienda parece ser el gran ‘valor refugio’ pase lo que pase.
Comprar una vivienda atrae a inversores en un contexto tan cambiante, pero también atrae a los bolsillos menos exclusivos. Las economías familiares ven un gran alivio en adquirir una vivienda en propiedad, aunque a priori pueda parecer lo contrario. “Hipotecarse es una carga” o una liberación…
“Las familias propietarias disfrutan de un 45% más de renta” que las familias con un alquiler ‘por las nubes’. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) constata en sus últimos datos sobre el sector inmobiliario, que tener una casa en propiedad "amortigua" el impacto de las crisis económicas, pero que en la actualidad dos de cada tres nuevas familias acceden a una casa en régimen de alquiler porque no pueden adquirir una vivienda. El círculo vicioso en el que su poder adquisitivo se merma gradualmente ante un elevado alquiler y la imposibilidad de alcanzar la situación financiera que posibilite firmar una hipoteca.
Mientras, las últimas estadísticas sobre firma de hipotecas en España, muestran el mejor mes de octubre desde 2009, con más de 41.000 préstamos firmados. Pese a que el euríbor ha superado por primera vez desde diciembre de 2008 el 3%, el ritmo de firma de créditos hipotecarios no sufre la merma estimada.