Tecnologías innovadoras que ya son una realidad en muchas empresas privadas y que logran avances impensables. Es el caso de la Inteligencia Artificial que cada día ofrece más posibilidades y aplicaciones útiles y tangibles.
El gobierno central ha presupuestado una partida de más de 300 millones para un nuevo Plan de Inteligencia Artificial. ¿En qué se va a aplicar? ¿Qué sectores pueden transformarse gracias a la IA? Muchos interrogantes ante una tecnología innovadora que por fin parece que se va a fomentar en nuestro país. También surgen dudas éticas y legales, es normal ante una novedad de este calibre que marcará las próximas décadas en muchas áreas y en el plano internacional y global.
Una nueva economía digital y una oportunidad única para nuevas fórmulas de producción y para la explotación de los datos y algoritmos, por eso se habla de la Inteligencia Artificial ‘Responsable’ mientras los marcos legales no poseen medidas ex profeso para esta nueva tecnología.
Las aplicaciones de la Inteligencia Artificial son inabarcables, ya que se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida, de la economía, las artes o incluso de la salud y la ciencia. Algunos ejemplos son realmente sorprendentes y alentadores como un descubrimiento en las estructuras de las proteínas que, después de 50 años investigándolas, gracias a la IA se ha resuelto.
Incluso conocemos ejemplos de empresas que han visto y aprovechado una laguna de mercado y una oportunidad de negocio precisamente en la aplicación de la inteligencia artificial en determinados sectores donde sus estadísticas y algoritmos pueden ayudar enormemente en la salud de muchos pacientes y, más a largo plazo, en los protocolos y diagnósticos de miles de enfermedades.
Es el caso de la empresa Savana, fundada por un alicantino es una tecnológica basada en una plataforma de intercambio de datos y variables, archiva y cruza datos de pacientes, los filtra, los analiza y de forma 100% anónima logra extraer denominadores comunes. Es decir, estos cruces de datos arrojan conclusiones y respuestas capaces de adelantarse a diagnósticos clínicos.
De esta forma se puede adelantar la aplicación de tratamientos o calibrar la gravedad de manera completamente revolucionaria para el sistema sanitario. El valor de las historias clínicas y médicas de los pacientes, cobra más valor que nunca, para él y para otros pacientes.