Grises, negros, blancos, beiges, nudes, colores crema y hueso... No por discretos son menos elegantes, menos versátiles o están menos de moda. Son tendencia esas piezas que pasan desapercibidas por su color, pero que tienen mucho carácter en su forma, textura y otros sentidos.
Su sutilidad y discreción son precisamente sus grandes aliados, los colores neutros a priori parecen ser ‘relleno’ pero poco a poco se han convertido en protagonistas de cualquier estilo decorativo.
Estilos industriales, minimalistas, vanguardistas o contemporáneos se basan en gran medida en ellos para elegir piezas grandes, por ejemplo mesas o sofás XL pero que no saturen los ambientes. ¿Imaginas un sofá en un color estridente e intenso como un fucsia? Seguro que pronto querríamos cambiarlo.
Hasta hace poco precisamente para alargar la vida útil de algunos complementos decorativos como cuadros o alfombras de grandes dimensiones, se elegían tonalidades que pasaban más desapercibidas.
También los grandes muebles o piezas destacadas como sofá o cabeceros de cama se buscaban en colores o combinaciones discretas que resultarán fácilmente combinables si cambiábamos otros complementos de esa estancia.
Sin embargo, hoy los colores neutros se han convertido en tendencia propia. Si en las revistas de moda y belleza los nudes copan las tendencias en complementos, maquillajes y uñas, es muestra de que han coronado las modas estéticas.
Tonos crudos, arena, marfil, hueso, blanco roto, champagne, pasteles empolvados, tierras, nudes, beiges, grises,… La gama cromática neutra abarca casi todos los colores del arcoíris en intensidades suaves.
Los tonos más sutiles de toda la paleta son los más buscados. Las grandes esculturas simbólicas y espectaculares en gris perla o tono visón. Las láminas de los cuadros con siluetas y contornos únicamente en negro y blanco, e incluso con marcos que aunque sean gruesos, curvos o sorprendentes, pero en colores que o bien se camuflan con la lámina o con la pared.
Los ambientes nórdicos, sencillos han introducido combinaciones de texturas pero sin abandonar los neutros. Así, encontramos blancos en todos los materiales posibles y maderas en tonalidades muy naturales. Éxito asegurado que aportan profundidad, originalidad y contrastes sin necesitar colores llamativos.
Al igual que las maderas naturales, el cristal también se camufla bien con las decoraciones en neutros. Además ganamos en juegos visuales y profundidades que aportan amplitud en la mayoría de las ocasiones.
Elegantes y sofisticados, los tonos más delicados simbolizan también una sensibilidad especial. Aportan una mezcla de sensaciones como amabilidad, sencillez, limpieza de líneas y calidez, difícilmente superables con otros trucos decorativos. Un ambiente con muchos elementos pero en tonos acogedores como los neutros es un espacio estiloso y atractivo.