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El nuevo minimalismo

El nuevo minimalismo

¿Casas que parecen desnudas al retirar la decoración navideña? ‘Menos es más’ y el minimalismo está de moda. Elegir lo imprescindible, elegancia y utilidad. ¡Elige bien!

Es el pragmatismo hecho moda, y además de las que no son efímeras ni flor de un día. El minimalismo es un clásico contemporáneo que conquista a muchos, incluso un estilo decorativo al que te puedes sumar durante un tiempo restando piezas y simplificando la decoración de una estancia.

Por ejemplo, ahora tras la Navidad, retiramos los adornos navideños, un gran árbol, luces,… y algunas estancias se quedan un poco desangeladas, casi desnudas ante la sobrecarga de abalorios que acumulamos durante las semanas festivas. Pues es el momento idóneo para restar aún más a nuestros espacios y dejar amplitud y simplicidad.

Es un infalible y nunca pasa de moda, especialmente porque sus líneas rectas y depuradas o sus colores neutros y básicos son imprescindibles e insalvables. Elementos únicamente necesarios, solo lo preciso en todos los sentidos.

Nada simplemente decorativo tiene cabida, todo tiene un pragmatismo y una utilidad. Fuera adornos barrocos, recargar o mezclar estilos. El minimalismo es un todo, por eso va más allá de elegir una mesa u otra, se trata de reducir con una idiosincrasia y filosofía transversal.

El blanco es el básico más simple, de ahí que triunfe dentro del minimalismo. Elegante, futurista, sencillo, práctico, luminoso, vanguardista,… Para quitarle dureza y frialdad lo combinamos con madera en tonos naturales.

Minimalismo no es sinónimo de restringir al máximo la decoración. Si nos gustan los cojines colocaremos por ejemplo dos cojines lisos colocados de forma simétrica en el mismo color que el tejido del sofá, o en tonos neutros que no destaquen. Si queremos dar profundidad a cualquier estancia no renunciaremos a un espejo, eso sí, será de línea depurada y con un marco sencillo, sea cual sea su color.

cojines lisos colocados de forma simétrica
alfombra de grandes rombos

Tampoco el resto de objetos decorativos tienen que desaparecer, simplemente hay que renunciar a muchos elementos y elegir bien cuáles son nuestros imprescindibles a los que no queremos renunciar. Si queremos un revistero negro será un toque muy especial, o una alfombra de grandes rombos, nada queda fuera del minimalismo, lo que no cabe es todo a la vez.

Un papel pintado puede convertir una estancia minimalista en un espacio muy especial, siempre que renunciemos a otros focos de atención. Es importante equilibrar las composiciones y para ello debemos planificar y pensar bien los objetos de cada habitación.

Combinaciones de varios elementos en el mismo color y material funciona con un efecto óptico camaleónico de forma que logramos integrar y simplificar. Los contrastes, en la antítesis, son un acierto que armoniza y da sentido a todo. Los negros y blancos, toda la escala de grises, beiges,… son los neutros que reinan a su antojo en un hogar minimalista.

En la actualidad el minimalismo puro ha derivado en tendencias como el estilo industrial o el nórdico, donde las estancias están muy despejadas, las líneas y tonalidades son sencillas, y los elementos son muy escasos. Cada uno con sus características propias, pero con ese denominador común: “menos es más”.