En este momento estás viendo Estilo Wabi Sabi: el valor de la imperfección

Estilo Wabi Sabi: el valor de la imperfección

Su nombre oriental nos traslada a la filosofía japonesa, y ese concepto de vida lo llevamos a la decoración. La belleza está en el paso del tiempo y las imperfecciones que éste deja en casas y personas. Nada es permanente ni perfecto. Muebles modestos en maderas poco labradas, líneas irregulares y minimalistas, y objetos en barros o cerámica desgastados y con imperfecciones.

Materiales naturales desgastados por su uso, el paso del tiempo es un valor a destacar, no tapamos las imperfecciones, las lucimos orgullosos. La naturaleza se muestra tal cual sin complejos, y así es el wabi sabi:

Nada es permanente, nada es perfecto y nada es completo.

La belleza y la armonía parten de la imperfección. Es más una filosofía llevada a un estilo decorativo. Se valora lo natural y lo efímero de la belleza. Sobriedad, minimalismo, simplicidad, amplitud y modestia.
Los materiales naturales aportan calidez a los ambientes amplios, con pocos elementos y líneas rectas. La cultura oriental es más proclive a este tipo de decoraciones, sin embargo en Europa no estamos tan acostumbrados a este estilo. Minimalismo alejado de sofisticación, de objetos banales y superfluos, al contrario valora la simplicidad, el silencio, el espacio y la armonía. Lo esencial es la garantía de la felicidad, no necesitamos más objetos.

wabi-sabi

Los materiales son casi siempre naturales como maderas, vidrio, piedra, mármol, cerámica, hormigón, fibras vegetales como lino, algodón o mimbre. Objetos originales de la naturaleza, en su estado puro como hojas, conchas, piedras, troncos de madera o ramas silvestres. Además el toque y aire oriental suele también dejarse ver con claridad.

En el estilo wabi sabi tiene cabida todo lo asimétrico, irregular e imperfecto. Todas las marcas del uso y del paso del tiempo son un valor y son marcas buscadas o incluso potenciadas. Por ejemplo vasijas o piezas de cerámica con una parte rota, se reparan y las rayas se dejan a la vista, no se camuflan o pintan.

Para realzar este estilo buscamos piezas de aspecto antiguo, rústico o natural. No importa que estén agrietadas, viejas y desgastadas. La idea es recuperarlas y lucirlas casi como un trofeo.

wabi-sabi

Colores apagados, sin mucho brillo ni gran intensidad. Tonos tomados de la propia naturaleza, con los que crear espacios que aporten confort y serenidad. Piezas en marrones, grises, verdes, negros, siempre mezclados con beige, blanco, arena,…

A diferencia de otras decoraciones, aquí la luz no es la protagonista. En la búsqueda de ambientes íntimos, suelen tener poca luz. Una situación que a la vez que nos permite jugar con las sombras, para que adornen espacios que parecen insignificantes.

La luz natural debe ser protagonista para aportar calidez durante el día, pero durante la noche la luz artificial debe resaltar rincones principales de las estancias, por ejemplo, un rincón junto a la chimenea o una zona de lectura.

Lámparas colgantes y focos de luz puntuales, para alumbrar piezas decorativas concretas como un cuadro o una planta, como si fuera una obra de arte.

Que este estilo no busque la perfección, no le acerca al desorden. Al contrario, en wabi sabi  una premisa es el orden y la sencillez para buscar la tranquilidad en el hogar y en la vida.

wabi sabi