Somos el segundo país que menos ha reducido sus emisiones contaminantes de toda la Unión Europea, y el cuarto que más emite solo por detrás de Alemania que produce el 28%, Polonia el 12% e Italia un 10%. Cifras completamente vergonzantes para gobernantes, ciudadanos y organismos competentes.
El cambio climático es una realidad, y en su lucha, las emisiones de gases contaminantes son fundamentales; la verdadera clave del calentamiento global del planeta. Se derriten los glaciares, se dan fenómenos extremos durante todo el año como inundaciones y lluvias torrenciales, incendios forestales y sequías, pero seguimos produciendo CO2 como hace treinta años.
En 2021, en nuestro país incluso se aumentaron las emisiones de carbono un 5,1%. Un claro suspenso en respeto del medio ambiente. En España solo hemos logrado bajar un 8% nuestro CO2, mientras, países como Reino Unido o Alemania han reducido a casi la mitad sus emisiones en los últimos treinta años.
Según los datos ofrecidos en el último informe del Observatorio de Sostenibilidad, ‘Descarbonización en España en 2022’, solo diez empresas están detrás de casi el 60% de las emisiones tóxicas.
Mientras, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, PNIEC, busca reducir desde 2021 a 2030 hasta un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero, los GEI, actuales con respecto a hace 30 años.
La reducción pasa por evitar un tercio de los gases emitidos en la actualidad. Un reto que se alinea con los objetivos de la ONU y del Acuerdo de París, sin embargo, está muy lejos de las cifras actuales, y lo que es peor, está muy lejos de la actual tendencia que no solo no reduce las emisiones con la ambición necesaria, si no que en 2021 las aumentó.
En Europa, el tráfico aéreo es responsable de hasta un 35% del CO2 emitido desde el año 2005 hasta el 2019. En España el tráfico y el transporte continúan liderando los sectores más contaminantes.