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¿Eliges lo que comes?

¿Eliges lo que comes?

‘Tacita a tacita’ todos podemos hacer mucho por nuestro planeta y contra el cambio climático. Cada gesto y cada detalle por insignificante que pueda parecer por sí solo, indudablemente puede convertirse en un gran movimiento si son muchos los que se deciden a colaborar y sumarse.
El verano es quizá una de las épocas en las que los productos de temporada como las frutas o las hortalizas parece que toman más protagonismo que en otras estaciones. El calor y las altas temperaturas también colaboran para que nos apetezca más tomar productos ligeros como la fruta o los gazpachos.
Melón, sandía, tomates, fresas, albaricoques, melocotones, peras,… son productos de temporada que no solo apetecen, sino que son de los más recomendables especialmente por dos motivos; por su aporte nutricional con fibras y azúcares beneficiosos y naturales, y por su reducida huella de carbono al tratarse de productos de proximidad.
Saber que lo que escogemos en la cesta de la compra no ha recorrido miles de kilómetros, y que se trata de productos de cercanía, frescos y con una huella de carbono mínima, ya es mucho para nuestro compromiso medioambiental.del campo a casa
‘Del campo a casa’ debería ser una máxima en todo lo que adquirimos y todo el año. Porque en la alimentación el impacto ambiental que se produce se puede reducir en un alto porcentaje. Si elegimos productos a granel llevamos mucho avanzado ya que quitaremos envoltorios plásticos, cartones y otros embalajes que al final, se demuestran innecesarios.
Los envases reutilizables como antaño las botellas de vidrio son muy recomendables, pero no siempre logramos encontrar productos que los utilicen. Lo que sí está literalmente en nuestra mano es utilizar bolsas de tela una y otra vez para ir a la compra, escoger los alimentos a granel, buscar productos frescos y de cercanía, y por supuesto reciclar correctamente todos los envases que lleven.
Por ejemplo, cada vez encontramos más pequeñas marcas de yogures que facilitan la separación de la etiqueta, normalmente de papel o cartón, de su envase de plástico o derivados. Así, es mucho más fácil depositar cada material en su contenedor correspondiente.