Las empresas cada vez realizan más iniciativas del llamado ‘greenwashing’, o el criticado marketing en torno al medio ambiente. Algunas entidades es cierto que realizan campañas solidarias o de concienciación medioambiental únicamente porque ‘está de moda ser verde y ecológico’.
Y hablan de la huella de carbono y del vehículo eléctrico en esas campañas de comunicación interna, sin embargo, poco o nada hacen para fomentar este tipo de preocupación. Sin embargo, los empleados sí son en muchas ocasiones, personas muy convencidas y preocupadas por el cambio climático, aunque cuando llegan al ‘office’ del trabajo tengan que tirar todos sus residuos en un único cubo de la basura contra su voluntad.
Precisamente para crear ambientes de trabajo más verdes y más acordes con las convicciones de sus trabajadores, es necesario facilitar a las empresas algunas recomendaciones básicas y fáciles con las que puede convertir su oficina tradicional en un espacio verde y sostenible.
Residuos en contenedores separados de cada tipo de residuo. En muchas empresas encontramos las típicas papeleras con tres accesos en tres colores; verde, amarillo y azul. Ya es un avance tremendo para los trabajadores cívicos que quieren reciclar correctamente su basura diaria.
Residuos especiales. Es habitual que en muchos centros de trabajo haya residuos algo más específicos como tóner de impresoras, grandes cantidades de papel, papel triturado, pilas, entre otros. Las compañías deben habilitar dónde y cómo reciclar este tipo de residuos para que los trabajadores no tengan ni que encargarse personalmente de deshacerse correctamente de ellos, ni emplear tiempo en desplazamientos por ejemplo a un punto limpio.
Aparcamiento de bicis. Poder ir al trabajo en bicicleta es un lujo al alcance de unos pocos, simplemente por una cuestión de distancias. Sin embargo, hay un porcentaje de trabajadores que sí podrían ir a trabajar en bici si hablamos de distancias, sin embargo puede que les eche para atrás en esa idea las comodidades si lo hacen.
Por ejemplo, si los empleados al llegar en bici a la oficina disponen de aparcamientos libres para sus bicis dentro de las instalaciones para mayor seguridad, y hay espacio para cambiarse de ropa y dejar las zapatillas de deporte hasta que se vuelva a marchar a casa, pues probablemente se animarán a pedalear.
Puntos de carga de vehículos eléctricos. Los vehículos híbridos y eléctricos son un porcentaje en expansión y crecimiento, pero este número de coches respetuosos con nuestro planeta crecerá mucho más si nos aportan todas las facilidades en nuestro ‘segundo hogar’, nuestro trabajo. Disponer de puntos de recarga libres en nuestra oficina es prioritario para muchos usuarios.
También para otro tipo de dispositivos de carga eléctrica como patinetes, bicis o motos eléctricas.
Uso del papel. Desde hace años el uso del papel reciclado entró en las oficinas, pero es necesario instaurar una idiosincrasia en las compañías que vaya más allá. En particular, hay que fomentar la reducción del uso del papel, y para ello se tienen que implicar y comprometer los responsables de todos los departamentos y áreas. Un trabajador no puede decidir en qué formato presentar un informe o balance a sus superiores.
Luz natural. Las oficinas deben ser lugares saludables y la luz es uno de los principales agentes. Los beneficios de la luz natural durante las horas de exposición a ella en una jornada laboral es muy importante. En países como España podemos y debemos explotarla al máximo para, además de ahorrar en el consumo de electricidad y luz artificial, que los empleados se beneficien de todas sus ventajas. Si es necesario adelantar horarios y adaptar paredes o ventanas, la predisposición y voluntad de las compañías debería facilitarlo al máximo.