La conocida como ‘posidonia oceánica’ es capaz de capturar y retener 17 veces más CO2 que los bosques tropicales, y de producir 5 veces más de oxígeno que la selva amazónica (por hectárea).
Bajo el mar se localizan varios productores de oxígeno que son el gran pulmón real de nuestro planeta, aproximadamente un 70% de la generación de oxígeno procede de las plantas marinas. Vegetación que vive bajo la superficie anclada en el fondo marino. Y concretamente, en el Mar Mediterráneo, la posidonia oceánica es una aliada para la supervivencia de La Tierra y todos los que vivimos sobre ella.
- Productor de oxígeno a nuestra atmósfera
- Hábitat de muchas especies marinas
- Barrera protectora para el litoral
- Filtro natural del agua
Gracias a la posidonia oceánica podemos ver las aguas mediterráneas transparentes con un color que es uno de sus grandes reclamos turísticos, y muestra de su salud y buen estado. Aunque hay muchas voces que alertan de la muerte masiva de esta especie con las últimas olas de calor marinas registradas en el Mar Mediterráneo. Datos que también avalan los informes del CSIC de las Islas Baleares.
La Posidonia oceánica es un tesoro marino clave para la sostenibilidad del planeta, ya que se trata de una planta marina endémica del mar Mediterráneo, que es mucho más que un componente del ecosistema marino. Esta especie desempeña un papel crucial en la conservación del medio ambiente y en la lucha contra el cambio climático, convirtiéndose en un ejemplo emblemático de la biodiversidad y un recurso imprescindible para la sostenibilidad de nuestro planeta.
Un pulmón azul para el Mediterráneo
De hecho, la contundente aportación de esta planta hace que sea conocida como el "pulmón del Mediterráneo" debido a su capacidad para liberar grandes cantidades de oxígeno en el agua. Se estima que un metro cuadrado de praderas de Posidonia puede producir hasta 20 litros de oxígeno al día, lo que beneficia tanto a los ecosistemas marinos como a la vida terrestre. Este aporte es fundamental para mantener el equilibrio ecológico y garantizar la salud de los mares.
Además, estas praderas submarinas actúan como sumideros de carbono altamente eficientes, capturando y almacenando dióxido de carbono (CO₂) a un ritmo cuatro veces mayor que los bosques tropicales. En un contexto de crisis climática, su capacidad para mitigar los efectos del calentamiento global subraya la necesidad de protegerlas como un elemento esencial para la sostenibilidad del medio ambiente.
Si sus beneficios eran pocos, cabe destacar que es un importante refugio de biodiversidad, es decir de numerosas especies. Así, las praderas de Posidonia no solo son vitales para la calidad del agua, sino también para la biodiversidad marina. Estas plantas crean un hábitat único donde conviven más de 400 especies vegetales y mil especies animales, incluidas algunas que se encuentran en peligro de extinción. Sirven como áreas de reproducción, alimentación y refugio, apoyando la diversidad ecológica y la productividad de los mares.
El declive de estas praderas marinas, debido a la contaminación, el desarrollo costero y la pesca de arrastre, pone en riesgo la supervivencia de muchas especies. La pérdida de este ecosistema no sólo tendría efectos devastadores en la vida marina, sino que también alteraría el equilibrio del medio ambiente global.
Al igual que otras plantas o árboles en tierra, otro claro beneficio medioambiental de la Posidonia oceánica es su capacidad para proteger las costas. Sus raíces y hojas actúan como una barrera natural que reduce la erosión causada por las olas y las corrientes marinas. Esto es especialmente importante en un contexto de aumento del nivel del mar y fenómenos climáticos extremos, ya que ayuda a preservar las playas y los ecosistemas costeros.
La responsabilidad de conservar esta especie va mucho más allá de una cuestión de ecología, porque proteger este ecosistema significa apostar por la sostenibilidad y garantizar un futuro más equilibrado para las próximas generaciones. Esto implica medidas como restringir actividades humanas dañinas, promover la educación medioambiental y desarrollar políticas internacionales que prioricen su conservación.
Como en todos los temas medioambientales, la implicación de todos es esencial. Desde las comunidades locales hasta los gobiernos, la ciudadanía, las empresas… Todos debemos trabajar en conjunto para preservar este valioso recurso. La Posidonia oceánica no es tan sólo una planta marina, es un símbolo de equilibrio y resiliencia que nos recuerda nuestra conexión intrínseca con la naturaleza.