Reino Unido pretende “una revolución industrial verde” que producirá 250.000 puestos de trabajo. Sí, pese a todo, las medidas para acabar con los coches contaminantes no cesan. Ni aún eclipsados por al pandemia mundial, los dirigentes del todo el mundo no dejan de presentar sus planes para descarbonizar nuestro planeta.
Los carburantes limpios son el futuro y cada día son más el presente, pese a las limitaciones económicas de los consumidores y pese a la necesidad de mayor implicación pública, poco a poco algunos dirigentes ’se mojan’ por fin. Es el caso del controvertido Boris Johnson, el primer ministro británico, que acaba de declarar su guerra contra el diésel y la gasolina.
Afortunadamente las autoridades europeas están tirando de este carro para evitar que los motores diésel y gasolina, y que los carburantes contaminantes continúen siendo los más habituales. La Comisión Europea trabaja en ultimar la nueva norma anticontaminación Euro7 para homologar los coches y endurecer los protocolos para el vehículo de combustión. Normas completamente necesarias en la imprescindible ‘revolución verde’, ya que sin intervención pública es imposible cambiar un parquin tan amplio y una industria que fabrica miles de coches a diario en Europa.
