El encarecimiento generalizado y desbocado de los precios en Estados Unidos ha provocado la mayor subida de tipos de interés en 22 años. El Banco Central Europeo se prevé que deje de comprar deuda en la zona euro en breve, y en verano suba también los tipos.
La Reserva Federal norteamericana ha subido medio punto sus tipos de interés, después de no tocarlos desde el año 2000 y después de meses elucubrando con un incremento ante la elevadísima inflación en el país. Hay quien esperaba una subida tan drástica, pero lo cierto es que incluso pese a este incremento, se espera que en poco tiempo se certifique otra subida de tipos en EE.UU.
La inflación y la amenaza de recesión en los Estados Unidos ha motivado una medida excepcional ante una situación también muy excepcional. Con la gasolina y el gasóleo en máximos históricos, los tipos se han situado en la horquilla del 0,75% al 1%.
Y en Europa la situación parece similar ante la inflación acentuada tras la covid y tras el estallido de la invasión rusa en Ucrania. La demanda y los precios están poniendo en jaque no solo a los mercados, también a los organismos internacionales, la diplomacia y los gobiernos de toda Europa.
El gas parece el pivote donde todo gira y la geopolítica se está viendo en el foco como nunca antes. Ucrania presiona cerrando sus tuberías para el gas ruso, Rusia presiona pidiendo pagos únicamente en rublos, algunos países europeos también ejercen su presión para evitar que su principal materia energética tenga que ser sustituida sin margen de tiempo, y otros países como España y Portugal que quieren contextualizar su situación especial con respecto a la dependencia energética del gas procedente de Rusia. Un juego de presiones y cesiones difícil de gestionar y difícil de aventurar.
Lo que está claro es que la subida de precios provoca un efecto dominó que no deja a nadie indiferente, desde sectores estratégicos como la energía a los tipos de interés y el valor del dinero de todo el planeta. Muestra evidente es la subida de tipos en los Estados Unidos.
El BCE cree que actuar pronto puede acotar la galopante subida de precios, por eso se estima una subida de tipos de interés, casi segura, para este próximo mes de julio. Puede que solo el anuncio tenga sus propios efectos, aunque prácticamente todos los expertos creen que no se trata de un órdago ni un globo-sonda, sino una voluntad real de subir los tipos este verano.
En la zona euro la inflación se sitúa en el 7,5%, un récord histórico difícilmente gestionable para nuestros gobernantes. Un contexto complejo y una realidad inimaginable todavía, cuando muchos de los representantes del Banco Central Europeo afirmaban que la subida de tipos lastraría el crecimiento en lugar de ayudar.
