Hace años, cuando el cuidado del medio ambiente todavía no estaba en la preocupación de la mayoría de los ciudadanos y sólo algunos visionarios se ocupaban de estos temas, la conservación de la capa de ozono fue el primer reto mediático. Los sprays como lacas y desodorantes fueron demonizados en poco tiempo y su uso se redujo considerablemente con el enorme beneficio en el deterioro que estaba sufriendo la capa de ozono.
Hoy los peligros y retos medioambientales han cambiado, y los aparatos electrónicos son la nueva gran amenaza para esa capa fundamental de nuestra atmósfera.
Reciclar los residuos generados por estos dispositivos (RAEE) son la clave, porque contienen en su interior sustancias tan peligrosas como:
- Cadmio
- Mercurio
- Plomo
- Arsénico
- Fósforo
Además de otros gases y aceites altamente contaminantes y nocivos para nuestra salud y nuestro planeta. Estas sustancias son capaces de contaminar suelos, aguas y aire ya que liberan componentes muy tóxicos. Un tratamiento cuidadoso y una gestión correcta en su reciclaje evita la liberación de esas sustancias tóxicas, y a su vez, se logra la reutilización de algunos materiales en otros nuevos dispositivos u otros usos.
La necesidad de extraer nuevos minerales y crear nuevos materiales para fabricar más dispositivos es un círculo vicioso que se puede frenar si esos minerales y materiales se reciclan con una reutilización masiva en los nuevos terminales.
El correcto y masivo reciclaje de los aparatos electrónicos, cada vez más comunes en nuestra sociedad, logra, no sólo cuidar la capa de ozono:
- Evita contaminación de aguas subterráneas
- Evita deterioro de suelos
- Previene daños ambientales en ecosistemas
- Conserva la capa de ozono
- Recupera materiales en economía circular
- Frenar la extracción de minerales estratégicos
En España durante los primeros seis meses de 2023 se reciclaron más de 140 toneladas de RAEE, un 3% más que el año anterior, según las cifras recogidas por el Congreso Nacional de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.
La proliferación de este tipo de dispositivos en los últimos años, hace que las medidas y la concienciación sobre su reciclaje sea si cabe más importante y trascendente que otros materiales. Es decir, este tipo de aparatos resultan transcendentes por su peligrosidad, pero aún más por su volumen y presencia. Además, se trata de terminales cuya obsolescencia y precios cada vez más competitivos, les hace aún más numerosos en nuestra sociedad ya que los cambiamos por otros nuevos con demasiada frecuencia, generando aún más residuos y aparatos ‘viejos’.
Tanto el sector como los ecologistas insisten en la necesidad de legislar y tomar medidas en este sentido para evitar que los dispositivos se guarden en cajones de oficinas y domicilios particulares. Por ejemplo, los programas de algunas marcas para renovar dispositivos con descuentos a cambio del antiguo es una de las mejores fórmulas para que los usuarios los entreguen sin acumularlos en casa.
