Las casas victorianas vuelven a ser tendencia con sus terciopelos, paredes tapizadas, colores suaves y elegantes, alfombras, vajillas recargadas y mil detalles para no dejar espacios vacíos propios de otra clase social. Las series de época nos devuelven la decoración inspirada en la Reina Victoria.
Las modas nos marcan en todos los ámbitos de la vida, y la decoración busca nuevas formas continuamente. A veces con un salto en el tiempo, como la tendencia decorativa que regresa a la época de la Reina Victoria en el siglo XIX para traer la elegancia y sofisticación de sus salas nobles a nuestras casas del siglo XXI.
Paredes tapizadas en telas como seda o terciopelo, o en papel que imite textil para dar mayor notoriedad a las estancias. Normalmente con motivos florales discretos y en tamaño reducido que se repiten, o bien apostando por animales como pájaros o mariposas de colores vistosos y alegres.
Precisamente los colores son muy característicos en este tipo de decoración, ya que suelen ser muy suaves, discretos pero vitales. Pasteles que dan alegría con moderación, neutros como el blanco roto, nude, beige o gris. Estas tonalidades se instalan en todos los elementos decorativos como muebles, paredes, techos, cortinas y textiles, etc.
La luz natural es un elemento decorativo más y las cortinas tienen un gran protagonismo. Suelen ser siempre visillos blancos con encajes y elaborados dibujos. Relieves, calados, con cordones y alzapaños que sujetan las cortinas. Casi siempre aparece el conjunto completo de visillos y cortinas. Las cortinas son más opacas, en tonos suaves propios de la decoración victoriana y a veces en otros colores considerados más nobles como verde botella, mostaza, oro, plata, rosa o granate.
La decoración victoriana es un viaje en el tiempo para coger lo que más nos seduce de aquella época señorial de duques y vizcondes, e incorporarlo en nuestras viviendas contemporáneas domotizadas.
El auge de las series televisivas inspiradas en el siglo XIX nos transporta a una decoración hipnótica que basada en el detalle, puede customizar a su estilo todo lo que nos propongamos. Espejos con volutas y pliegues, candelabros, apliques de iluminación de pared a juego con grandes lámparas de techo.
Las lámparas acorde con el resto de elementos, también tienen numerosos detalles. A veces son pequeños cristales en forma de araña, o pequeños espejos y juegos de reflejos. Con materiales como la forja blanca que dan un aire muy sofisticado y distinto.
Todos los textiles son bienvenidos, cuanto más, mejor. Los cojines, las alfombras, caminos de mesa, entre otros aparecen con esquinas adornadas con borlas, cordones en los bordes, pompones… Los detalles y la ornamentación es sinónimo de poder, dinero, y es lo que busca este estilo victoriano.
