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¡Blanco, blanco!

Nos encanta todo el año y nos conquista aún más en primavera y verano. El blanco da luz y elegancia, pero además es el mejor compañero porque contrasta y pone en valor todo lo que toca.

Es capaz de repeler el sol y a la vez de aportar luminosidad a todos tus rincones. Las paredes blancas no pasan de moda ni tampoco los textiles, especialmente en verano. Tejidos livianos y elegantes como el lino y el algodón que dejan respirar y transpirar a nuestra piel en los días calurosos especialmente en los exteriores de tu casa.

Toda la gama de blancos es buena opción como compañero de viaje de otros tonos más alegres y atrevidos como azul añil, mostaza, caldero, beige, melocotón… y todos se transforman gracias a estar junto a él. El poder transformador del blanco no conoce límites:

Todos los tonos suaves y claros como los pasteles, gamas de grises, ganan mucho terreno junto al blanco. Aunque en el primer puesto están las combinaciones como las rayas marineras, sean en el color que sean. ¡El verano y las rayas con blanco son casi sinónimos!
Deja que, especialmente en verano, el blanco colonice tus espacios, tanto interiores como exteriores, y tanto decorativos como funcionales. Estanterías, mesas, sillas… jarrones, cojines, cortinas o visillos ligeros…

En los exteriores de tu vivienda suele ser el rey y coloniza sobre todo los tejidos como alfombras, cojines, cortinas, manteles, toallas… Un fondo blanco siempre es un acierto, y combinarlo es sumamente sencillo porque a su lado todo marida bien. En verano los textiles suelen adquirir tonos alegres y singulares un poco más atrevidos que el resto del año. Y precisamente, al ir acompañados de un básico, es recomendable dar una pincelada de color más intensa.

Aunque su poder de versatilidad, y su estilo sencillo y sofisticado, lo ha convertido en una tendencia que se extiende también a muebles de jardín y elementos en torno a la piscina, por ejemplo.

En exteriores es importante la resistencia de los tejidos y materiales, y ahí el blanco tiene aún alguna ventaja más ya que es un color que no deja ver tanto como otros tonos el desgaste provocado por el sol y que deja por ejemplo a los colores más oscuros un aspecto deteriorado o pardo. El blanco tiene el poder de dejar pasar la luz y salvaguardar la intimidad. Y además, si está expuesto directamente al sol, los materiales blancos son capaces de no acumular calor como sí hacen otros tonos como los más oscuros, con el inconveniente de quemar en determinados momentos del día.

Se trata de un color muy especial, no sólo por ser la ausencia total de oscuridad y el mayor aporte de luz de toda la gama de color. En decoración, el blanco es fundamental y no se entienden espacios que no se sirvan de él para crear profundidades y contrastes. Para el diseño de interiores el blanco es un pilar único, insustituible sin lugar a dudas.

blanco hogar

Al lado de un elemento blanco, cualquier color o cualquier textura gana un protagonismo tremendo. Piedra, madera, metal, forja, cristal, acero... junto al blanco se lucen mucho más y se multiplica su presencia. ¡Apuesta por el blanco y no te arrepentirás!