Macramé en paredes en tonos neutros, sillas colgantes hechas a mano, maceteros que caen del techo y plantas suspendidas. Crean atmósferas sorprendentes y envolventes, y por eso están tan de moda.
Piezas hechas a mano en su mayoría, o imitaciones, que aportan la originalidad y singularidad de lo que es único. Con ‘errores’ e imperfecciones a la vista, con rectificaciones en el tejido o irregularidades por ejemplo en la simetría de un macetero de cuerdas trenzadas.
Los murales colgantes de macramé con soportes de madera, suelen ser hechos a mano o parecerlo, y son una de las grandes tendencias. Combinan en paredes con cualquier estilo decorativo. Y con diversas ubicaciones. Por ejemplo, como cabecero de cama en un dormitorio principal, o como tapiz en cualquier estancia de la casa.
Suelen combinarse flecos de macramé en diferentes longitudes con zonas tejidas en forma de hojas, círculos, ondas irregulares,… A veces la forma final es un gran rectángulo vertical, pero en la mayoría de los tapices hay una forma semicircular o triangular acabada casi siempre en largos flecos. Así suelen ir varias líneas para marcar varios semicírculos en los que se combinan bandas de flecos con bandas de tejido.
Los tapices de macramé que tan de moda se han puesto, siempre van acompañados con soportes en madera, a veces en tonos muy naturales como roble, haya o pino, y otras completamente camuflados bajo el textil. También es habitual encontrar trozos de leña o ramas de árbol que dan un aspecto mucho más salvaje y natural a la composición con macramé. Creando ambientes con inspiración en el desierto o en zonas áridas con escasa vegetación. También puede combinarse con huesos de cabeza de ganado para aportar ese toque de naturaleza hostil.
Las tonalidades son bastante homogéneas, los neutros como beige, crudo, tierras, y lo más extraordinario es que a veces aparecen combinados con grises y algunos tonos pastel. Los colores son muy similares en todas las decoraciones de paneles de macramé, y el beige es el predominante absoluto.
Las manualidades en macramé están tan en boga, y han conquistado incluso a las influencers más snob, que aparecen integradas en muchos más lugares, aparte de los paneles de las paredes. Por ejemplo en colchas para camas, maceteros y cuelga plantas, hamacas suspendidas, alfombras, alzapaños para cortinas y visillos, cestas para el baño o bolsos calados,… Hay miles de ideas decorativas con macramé que incluso puedes hacer tú mismo en casa.
Los elementos colgados en las paredes son un imán para las novedades decorativas, y por ejemplo surgen ideas llamativas, sencillas y que triunfan como los aros de metal con flores secas. Los aros suelen ser metálicos y se combinan varios en diferentes diámetros y con flores distintas, normalmente flor preservada en colores vistosos y alegres.
También hechos a mano y normalmente de textil, los maceteros colgantes aparecen en cualquier rincón del hogar, como en terrazas, balcones, baños, entradas, salas de estudio,… Junto a ventanas y zonas muy iluminadas, preferiblemente para dar más luz a la planta que contiene si es natural, y porque delante de una ventana o una pared blanca el macetero destaca, contrasta y luce mucho más.
Las hamacas tejidas y suspendidas en el aire también se han puesto de moda en rincones tranquilos de la casa. No solo por su uso para descansar o leer cómodamente, también como objeto decorativo singular que aporta un toque exótico a la par que cálido por sus materiales.
La decoración colgante está muy de moda, y con ella la tendencia de crear atmósferas y rincones acogedores, muy singulares y con una marcada personalidad.
