Dejar de ayudar definitivamente a las industrias de combustibles fósiles y altamente contaminantes como el gas y el petróleo y todos sus derivados. Es el objetivo último de esta cumbre COP 28, y para ello es imprescindible potenciar y darle más alas que nunca a la expansión de las energías renovables.
Sólo se puede evitar el calentamiento global del planeta frenando la emisión de gases contaminantes de efecto invernadero, y para ello hay que usar otro tipo de fuentes energéticas. La Unión Europea quiere:
- Duplicar la eficiencia energética
- Triplicar las energías renovables
- Acabar con las ayudas a energías fósiles
En Dubái en la Cumbre del Clima se han revisado los acuerdos y compromisos internacionales adquiridos en la última cita celebrada en París. Las grandes contradicciones entre países desarrollados y los que se encuentran en vías de desarrollo y sufren unos recursos muy limitados, vuelven a verse patentes en esta cumbre.
Si en París se pactaron medidas para evitar a toda costa alcanzar los 1,5 grados centígrados de media del calentamiento de La Tierra sobre los datos preindustriales, ahora se revisan esos compromisos con más contundencia y mucha incredulidad o recelo.
Tensiones internacionales principalmente económicas y de dependencia energética, que pueden quedarse en buenas intenciones (una vez más). El abismo climático y sus consecuencias parecen desenfrenadas, nadie pone coto a las emisiones mientras sea rentable para el desarrollo industrial de muchos países.
La única salida en la que muchos confían es que las renovables sean competitivas a escala y logren progresivamente quitarles protagonismo y espacio a los carburantes fósiles. Sólo si las fuentes renovables limpias logran ser tan rentables como el gas o el petróleo, logrará quedarse con un importante porcentaje de la tarta.
Mientras muchos países pobres, que apenas emiten gases contaminantes, sí sufren los efectos devastadores del cambio climático con largas sequías, lluvias torrenciales… Otros países ricos con recursos para paliar los daños de esos daños de inclemencias meteorológicas extremas, y, además, siguen emitiendo altos niveles de contaminación para no frenar su desarrollo y economía.
Doscientos mandatarios de todo el mundo se reúnen en Dubái para adquirir compromisos para la lucha contra el cambio climático, precisamente en el año en que se han superado las temperaturas récord históricas. ¿Servirán estos récords para concienciar o para que muestren mayor compromiso en este terreno?