El cambio climático multiplicará hasta cinco veces los fallecidos en Europa. La principal causa es el calor y las olas de altas temperaturas cada vez más extremas y más frecuentes. Casi medio millón de personas mueren al año por las olas de calor en todo el planeta.
Los riesgos futuros son una realidad y se traducen en fallecidos en todo el mundo. Sólo en el perfil de personas de avanzada edad, el dato de muertes ha escalado hasta el 85%. Según el último informe ‘Lancet Countdown’ de la conocida revista científica ‘The Lancet’, las personas en situación de mayor vulnerabilidad como enfermos crónicos, niños pequeños o ancianos, en comparación con los datos de hace 30 años, sufren el doble de días de extremo calor que el resto de la población debido a su debilidad.
¿Cómo frenar el cambio climático y las olas de calor?
Difícilmente lograremos frenar la evolución del calentamiento global y el cambio climático sin reducir drásticamente las emisiones contaminantes, sin embargo, los compromisos son muy laxos, incumplidos o insuficientes.
Hoy tenemos una temperatura media en La Tierra 1,14 grados centígrados superior a la que registrábamos antes de la Revolución Industrial. Puede parecer un dato menor, por el contrario, la evolución es al alza y cada vez esa temperatura aumenta de forma más rápida y las emisiones de efecto invernadero también.
De seguir en la dinámica actual, la barrera de los 2 grados centígrados estará cada vez más cerca de alcanzarse en nuestro planeta, y sus consecuencias multiplicarían exponencialmente:
- Muertes por calor
- Olas de calor
- Catástrofes medioambientales
- Sequías prolongadas
- Hambrunas y pandemias
- Guerras por el agua
- Lluvias torrenciales e inundaciones
- Nuevas enfermedades
- Refugiados climáticos
Por primera vez, en la inminente COP28 que se celebra en Dubai, se realizará una visión conjunta del cambio climático y la salud global, demostrando y vinculando por fin que ambos conceptos van unidos y son causa y efecto directo.
El 2023 se apunta ya como el año con los registros térmicos más elevados de los últimos 100.000 años, lo que puede evidenciar no sólo el cambio climático real, si no la carrera sin frenos hacia la desertificación y alcanzar esos 2 grados centígrados de subida media en el planeta.