100.000 puntos de recarga, 250.000 vehículos 100% eléctricos, más de 140.000 nuevos empleos y una fábrica de baterías en nuestro país. Es la ambiciosa hoja de ruta para el coche eléctrico llamada Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado.
La lucha contra el cambio climático, la independencia energética internacional y aprovechar una nueva tecnología para desarrollarla en nuestro país, son muchos argumentos para provocar que el gobierno de España se muestre volcado con fomentar la industria del vehículo eléctrico.
Hasta un 1,7% de aportación al Producto Interior Bruto español es la optimista estimación que desprende el famoso Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del gobierno de España solo sobre el coche eléctrico.
Podría suponer el ‘gran acelerón’ para llenar nuestras calles y carreteras de coches no contaminantes o que reduzcan notablemente las emisiones de CO2. No obstante, los expertos opinan que harán falta ‘más acelerones’.
El plan estima en 3 años una inversión de 24.000 millones de euros con agentes públicos y privados involucrados. Sin embargo, la brecha de precio entre híbridos y eléctricos y los motores de combustión, sigue siendo demasiado gruesa. Incluso después de las noticias sobre el fin de la venta de vehículos con motores diésel y gasolina desde 2035 en la Unión Europea.
Los beneficios de fomentar este tipo de vehículos son, evidentemente, numerosos y desde diversos puntos de vista; ecológicos, económicos, estratégicos,… Si Europa ya ha mostrado varias iniciativas para cambiar la tendencia y para encauzar una industria hasta ahora incipiente, ahora en España parece que el sector se afianza en los nuevos motores y poco a poco nos acercamos al fin de los motores de combustión de carburantes fósiles.
Si las empresas privadas logran ‘subirse a tiempo a este carro’ y aprovechar la oportunidad de una nueva tecnología en un sector como el automovilístico, lograrán situarnos a la cabeza en la industria. Además de aprovechar la nueva situación, la industria actual del coche en España tiene una estructura afianzada durante años en varias comunidades autónomas, por lo que mantener ese tejido empresarial y esos puestos de trabajo también depende de la reconversión y adaptación al nuevo modelo.
