Las modas son efímeras, pero cuando pasan los años y siguen surgiendo decenas de iniciativas para apadrinar ’pitas’ o gallinas asturianas, y olivos de aceite ecológico, es más que una tendencia.
Por 12 euros al mes, recibes 30 huevos ecológicos al mes en tu domicilio de gallinas en libertad. Además, el padrino dona cada mes 12 huevos a comedores sociales, un proyecto además de ecológico, solidario con quienes peor lo pasan en nuestra sociedad. Por 4 euros la docena se puede apoyar una fórmula sostenible y equilibrada de producir huevos, lejos de las polémicas macrogranjas que últimamente tantos titulares están acaparando.
Se puede “apadrinar una pita” o hay quienes prefieren “apadrinar un olivo”. Un olivo cordobés centenario de la zona conocida como Geoparque, y al que el padrino puede incluso bautizar. A lo largo del año recibe novedades con sus cuidados básicos, y del que puede recibir al año unos 15 litros del mejor aceite ecológico de aceituna hojiblanca. Un ‘oro líquido’ de gran calidad y de los más apreciados en nuestra dieta mediterránea.
Este aceite ecológico se extrae de manera tradicional, en frío, sin productos químicos compuestos y sin dañar nuestra biodiversidad. Por lo que la acción de apadrinamiento es mucho más que satisfacer las necesidades de consumo del mejor aceite, es un compromiso con el respeto a nuestro medio ambiente, a nuestro desarrollo saludable y sostenible de la biosfera, y con salvaguardar nuestras especies como el olivar de secano en este caso.
Porque la sensibilidad con la naturaleza es compromiso de todos, y la conciencia para llevar a cabo iniciativas sostenibles y apoyarlas tiene que ser colectiva. La sociedad marca el futuro de nuestro planeta, nuestros campos y nuestras ciudades, y los ciudadanos individualmente marcamos los hábitos con los que nos sentimos cómodos y en conciencia.