Países como Andorra, Canadá o Nueva Zelanda limitan la compra de vivienda a extranjeros para frenar la especulación y los precios. Mientras, en NYC se frenan los alquileres turísticos. Soluciones al problema de la falta de vivienda.
La falta de viviendas no es un problema únicamente de nuestro país, fuera de España hay también escasez de inmuebles,y para frenar la consecuente subida de precios, las autoridades buscan soluciones como limitar la adquisición de casas a capital extranjero.
El precio de la vivienda en Andorra se ha disparado un 13% en los últimos meses ante la falta de stock disponible. De ahí que el gobierno local haya decidido tomar medidas más contundentes, y ha prohibido la adquisición de casas por parte de extranjeros. El objetivo es frenar la posible especulación con los precios y que sigan incrementándose mes a mes.
Es la realidad de un mercado inmobiliario en una situación comprometida ante la falta de vivienda disponible. Por eso las autoridades andorranas achacan este contexto a que sufren, dicen, cierto ‘efecto llamada’ para muchos inversores extranjeros. Bolsillos que encuentran oportunidades rentables en una situación indeseada para el gobierno andorrano.
¿Sólo en el segmento de vivienda lujo?
En España, por ejemplo, el 15% de las compras de viviendas actualmente, son de capital extranjero. Sin embargo, no todas las operaciones se producen en ese perfil prime o de lujo, lo que está dotando a todo el mercado inmobiliario español de una resistencia y estabilidad que se mantiene en el tiempo.
El segmento habitual de este tipo de perfiles suele ser de lujo, con inversores que normalmente son ciudadanos europeos particulares con ingresos iguales o superiores a los 6.000 euros mensuales.
La venta de viviendas en el último trimestre en este segmento se ha disparado sólo en España, hasta un 45%. Mayoritariamente en zonas costeras, áreas premium o prime de grandes ciudades… a veces para vivir, otras veces como segunda residencia, y sólo en algunos casos como inversión para obtener rentabilidad.
Precisamente para evitar estos últimos perfiles, otros países como Nueva Zelanda o Canadá también han limitado la compra de viviendas a capital extranjero para echar el freno a la escalada de precios ante una oferta muy limitada.
Algunas zonas costeras y con un alto índice de zonas de lujo, como las Islas Baleares, han coqueteado con medidas de veto a extranjeros para solucionar el problema de la falta de vivienda, sin embargo, la actual legislación no lo permite. Además, entra en conflicto con la propia idiosincrasia de las islas que disfrutan de una alta población de fuera de nuestro país muy asentada desde hace años, y que, probablemente sería muy reacia a este tipo de medidas.
Alquiler y precio de venta disparados en España
Más de 500 euros por una habitación en alquiler en pequeñas ciudades españolas, son cifras nunca vistas antes. En Madrid o Barcelona, tras meses de búsqueda, los alquileres están un 75% por encima. Y muchos inquilinos cambian cada año o temporada con la intención de que la alta rotación les ayude a localizar y encontrar mejores precios ante las subidas y la escasez de oferta.
Hoy se venden menos casas, pero más caras; es lo que se desprende de los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y la razón, según los expertos inmobiliarios, está en la falta de stock de vivienda. Pero, ¿qué consecuencia tiene en el mercado inmobiliario esta situación?
Si comparamos los datos con hace un año, sería una situación anómala ya que en 2022 la demanda y la venta de viviendas se disparó como hacía décadas que no se veía en todo el planeta. Meses consecutivos en los que las operaciones de compraventa superaban las 50.000 unidades, lo que supone hablar de datos históricos probablemente.
Lo cierto es que la vivienda y todo el sector inmobiliario, concretamente en España, está demostrando una resistencia y estabilidad a prueba de sobresaltos, incertidumbres o subidas del precio del dinero sin precedentes.