La sequía no es solo un problema medioambiental. En Alemania el bajo nivel de agua en el río Rin corta el transporte de mercancías en barco y crea problemas en la cadena de suministros de las fábricas. Y en el campo la escasez de agua dispara los costes.
Encarecimiento de los costes en explotaciones agrarias y ganaderas, cortes y problemas en la logística de transportes en grandes ríos, deterioro medioambiental y peligro para muchas especies de flora y fauna, restricciones y cortes de agua para consumo humano,… La sequía es uno de los nuevos condicionantes económicos para muchos sectores productivos. Y no trae buenas noticias, al contrario, está encareciendo procesos habituales y ralentizando estructuras logísticas.
El río Colorado de México y Estados Unidos como nunca antes visto tras años de sequía, o el gran Rin alemán con tremendos problemas para la navegación de los barcos ante el bajo nivel del agua.
Los economistas en Alemania alertan del efecto económico que conlleva ralentizar y poner en peligro el transporte de mercancías por el río Rin, una de las principales arterias logísticas del corazón de Europa. Los barcos cargueros tienen serias dificultades para circular por este río ante el bajo nivel del agua por culpa de la sequía prolongada.
Es más, ya se habla en Alemania de una posible recesión ante la repercusión en las fábricas que se van a ver obligadas a reducir su producción o incluso pararla si el agua no deja de descender en la cuenca del Rin. La Confederación de la Industria Alemana (BDI) alerta de la delicada situación que se prolonga en el tiempo y además se agudiza.
Problemas no solo en la principal arteria fluvial alemana, en el Rin, sino también en otros ríos importantes como el Weser o el Elba, donde ya no se puede navegar. Una difícil situación que rápidamente se traducirá en cortes en las cadenas de suministros de una de las grandes potencias europeas, la industria alemana. En zonas como Düsseldorf, donde la industria es el motor económico y social, se puede desencadenar un escenario impensable por un motivo así. En poco tiempo las plantas químicas o siderúrgicas pueden verse muy comprometidas, creándose cuellos de botella, retrasos e incluso tener que paralizarse ante la falta de suministros y materias primas, especialmente las cargas pesadas.
Las consecuencias de la sequía extrema y continuada son muchas y alcanzan a prácticamente todos los sectores. Las olas de calor y la escasez de agua reducen la producción en el campo y aumentan aún más los costes en las explotaciones agrarias y ganaderas. Algunos cultivos como los cereales de secano, girasoles, olivos, viñas y explotaciones de pollos o vacas están sufriendo especialmente la sequía.