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¿Qué pasa con la luz?

¿Qué pasa con la luz?

Energía y electricidad sufren una ‘tormenta perfecta’ con sequía que encarece la producción hidroeléctrica, una guerra con Rusia y su gas, polémicas sin cerrar sobre la nuclear y renovables en desarrollo. Mientras la luz sigue por las nubes y los paneles solares están de moda. 

La energía no remonta una complicadísima situación que ya arrastra desde hace meses. Se suman muchos factores, y si la guerra de Rusia y Ucrania ya había creado enormes complicaciones en la dependencia energética de muchos países europeos, llegan nuevas dificultades.

La sequía que sufre media Europa ha mermado la producción hidroeléctrica y la ha encarecido notablemente. Hoy en España la generación de las centrales hidroeléctricas se ha desplomado y es la más baja en 30 años. Los embalses rozan ya de media el 30% de su capacidad y la lluvia no llega.

Según el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España ha ahorrado casi 1.400 millones de euros gracias a la medida de la ‘excepción ibérica’ con el precio de la electricidad. Sin embargo, la luz se encarece otra vez y vuelve a batir un nuevo máximo en su precio desde que entró en vigor esta medida en España y Portugal; 436,25€/MWh, lo que supone un 20% más. Y probablemente no será la última subida en opinión de muchos analistas.

El mercado energético internacional se ha revolucionado por completo de unos meses a hoy. La electricidad y el gas no solo son bienes estratégicos, la oferta y la demanda marcan sus precios que están disparados. Una situación complicada, más aún pensando en el invierno y las bajas temperaturas especialmente en el norte de Europa.

Precio medio de la luz

La energía y la economía pueden marcar la política de los países, incluso con una guerra por medio. La dependencia energética se suma a unos precios de la electricidad nunca antes vistos, por lo que las cifras alcanzadas son históricas desde hace meses.

¿Renovables? ¿Nuclear? En Francia el 50% de su energía procede de las centrales nucleares, mientras en Suecia cuya principal fuente energética son las centrales hidroeléctricas, y allí es la sequía la que marca precios muy elevados. Mientras otros países como Alemania o Polonia tiran de quemar carbón.

El mix energético que afortunadamente disfruta hoy España es la clave para que su dependencia del gas ruso sea menor. Eso sí, ha costado mucho dinero a los consumidores ese mix que provoca pagar a precio de oro todos los tipos de energía. En cualquier caso, en esta situación internacional, es básico no depender de un único suministro energético, y muchos países se han visto atrapados en esa coyuntura.

Ya sabemos que no es recomendable poner todos los huevos en la misma cesta, y aunque hoy nos pueda parecer completamente impensable que la cesta se caiga, sin duda se puede caer y que se rompan todos los huevos en un instante. Nos lo ha demostrado la actual situación en la que media Europa se nutría tranquilamente del barato gas ruso y ahora no solo nadie lo quiere es que ha encarecido exponencialmente el precio de todas las energías por su elevada demanda.