El debate siempre controvertido de la edad y el primer teléfono móvil es una difícil decisión y que a veces se toma por inercia del resto de padres y compañeros de colegio. Según la opinión de los expertos, ¿cuál es la edad idónea y recomendada para que los menores usen un móvil propio?
No hay una edad ideal, el contexto y la educación son los pilares fundamentales para que su madurez sea la recomendable para asumir la responsabilidad e independencia de tener su propio teléfono móvil. Algunos especialistas creen que tener el dispositivo móvil antes de los 12 años, supone que el niño escucha las recomendaciones de los padres para su uso, y así cuando la adolescencia y las influencias sociales de sus iguales son más intensas, ya están familiarizados con su teléfono inteligente. La madurez de un menor con respecto al uso cotidiano del teléfono evita que comenta errores y malos hábitos cuando llega la época más intensa de la adolescencia, cuando la rebeldía hacia los padres suele ser más pronunciada.
Según el experto en alfabetización digital Jordan Shapiro, “Hay que darle un móvil a un niño antes de los 13 años, cuando todavía se deja aconsejar”, ya que defiende que el uso de la tecnología deben aprenderlo cuanto antes para evitar un mal uso.
Según un reciente reportaje sobre este experto de moda en medio mundo, en El País, “El estadounidense Jordan Shapiro (Filadelfia, 44 años), experto en alfabetización digital e investigador del Joan Ganz Cooney Center ―un centro sin ánimo de lucro de los creadores de Barrio Sésamo que fomenta la innovación educativa a través de la tecnología― , ha recorrido medio mundo promocionando su libro The New Childhood: Raising Kids to Thrive in a Connected World (la nueva infancia: criar a los niños para que prosperen en un mundo conectado) popular en su país gracias al espaldarazo de los medios y traducido a ocho idiomas. El título cuenta con muchos adeptos, como el académico creador del concepto de inteligencias múltiples, Howard Gardner, que ha dicho: “Para aquellos que se lamentan de lo que le puede faltar a la generación de las apps, Jordan Shapiro ofrece un escenario oportuno y tranquilizador”.
Por ejemplo, un menor ‘novato’ en el uso de su móvil puede dedicarle demasiadas horas o acostarse en la cama con la pantalla, quizá si ese primer contacto de los primeros meses de disponer de un móvil ya lo ha superado, cuando cumpla los complicados 13 y 15 años, haya pasado esa etapa de uso excesivo.
Sin embargo, otros expertos consideran que la pérdida del miedo y el exceso de confianza de un menor que ha pasado mucho tiempo con un teléfono móvil, le proporciona recursos más avanzados para ir descubriendo por ejemplo apps o usos poco recomendables para su edad.
A veces los padres ceden a la petición de estos aparatos por parte de sus hijos, precisamente para facilitar su localización e incluso por seguridad y comodidad para ellos. Pero sin duda, hoy en día los smartphones o teléfonos inteligentes, son mucho más que un teléfono para llamar o recibir mensajes.
En España, los menores de 14 años necesitan autorización paterna o materna para crear perfiles en redes sociales o entornos digitales. Y justamente con 14 años el 100% de nuestros jóvenes usa un teléfono móvil. La sociedad actual es convivir con la tecnología y ayudarse de ella, pero el uso en manos de un menor crea muchas dudas. Por ejemplo en ratos familiares como comidas o cenas, las pantallas deberían estar alejadas de la mesa, también las de los padres y resto de adultos.
Nacidos digitales que viven con estímulos audiovisuales desde que tienen uso de razón, pero cuya madurez debe ser gradual en todos los sentidos, también en cuanto a los desarrollos tecnológicos domésticos. Al final, el móvil tiene los mismos peligros que una tablet en casa o un ordenador con internet. También para estos dispositivos, existen multitud de sistemas de supervisión parental tanto de páginas visitadas, aplicaciones descargadas o en cuanto a las horas de uso y exposición.
