Está en Tailandia y es hasta ahora la de mayor superficie sobre el agua. Se trata de una granja solar flotante, es decir, unas 70 hectáreas de placas solares suspendidas sobre las aguas de la presa de Sirindhorn.
A más de 650 kilómetros de Bangkok, esta pionera instalación está compuesta por unos 145.000 paneles fotovoltaicos que son capaces de aprovechar la luz solar para generar electricidad limpia evitando emisiones contaminantes de CO2.
Energía limpia y verde que alcanza cerca de 2,7 gigavatios, y producida gracias a una inversión de más de 34 millones de dólares. El país asiático se ha volcado en este tipo de soluciones energéticas, ya que tiene proyectadas otras 16 granjas similares en todo el país. El objetivo es transformar una situación débil energéticamente, ya que su dependencia del gas natural es muy elevada y la actual crisis de materias primas nos muestra el peligro que supone estas dependencias.
Las previsiones más optimistas para Tailandia eran ser neutrales en carbono en el año 2065, pero esa fecha puede adelantarse hasta 15 años gracias a estas granjas solares, y que en 2050 el país logre la ansiada neutralidad.
Actualmente, en Tailandia dos tercios de la energía se produce por combustión de gas natural, y tan solo un 10% es producido gracias a energías renovables. Por lo que la situación no es la más favorable. Sin embargo, y aunque parezca utópico, en 2050 el país puede conseguir paliar su huella de carbono y no seguir perjudicando a nuestro Medio Ambiente.
La tecnología flotante de estas granjas es pionera y novedosa, sin embargo, ya es una realidad tangible que demuestra que la innovación puede otorgar soluciones que se pueden poner en marcha a corto plazo.