Si tus cuadros llevan décadas a tu lado, no es nostalgia es obligado renovarlos. Ambientes anclados en el pasado con decoración que no se lleva o estilos que han dejado de gustar hace años. Deja paso a nuevos aires, inspiración actual y estrena de nuevo tu hogar. ¡Di adiós a tus viejas glorias!
Las tendencias decorativas evolucionan y los tonos en el diseño de interiores son fundamentales para lograr efectos visuales, profundidad, luminosidad, combinaciones y sensaciones. Las tonalidades neutras son infalibles en la decoración, porque su versatilidad permite cambiar las combinaciones y, además, no nos cansamos ni nos saturan.
El diseño de interiores no se guía por modas, más bien por funcionalidad y estilos de vida, sin embargo, solemos acomodarlo a las tendencias decorativas que más nos gustan. Las cocinas son una clara muestra de la evolución de los estilos de vida actuales, porque a la mayoría de las familias ahora les gusta disfrutar en torno a las cocinas. Es decir, que ahora son espacios más abiertos, con mesa y espacio para comidas y desayunos, con zona cómoda para taburetes y compartir charla durante las labores de elaboración de recetas. En este sentido, la decoración de las cocinas también ha cambiado porque ya no prima en ellas lo funcional, también aparecen flores y otros elementos puramente decorativos.
Actualmente, por ejemplo, los cerramientos son una solución en boga por su continuidad visual y por conseguir ambientes y espacios muy acogedores y diáfanos. Por lo tanto, son una moda funcional y práctica, no un mero capricho decorativo, aunque sus diseños sí siguen las líneas estéticas que más nos gustan como la madera o el cristal con negro, entre otros.
Si hablamos de textiles o decoración, ahí sí se trata puramente de piezas superfluas que únicamente se guiarán por modas temporales y gustos particulares. La línea más actual habla de "menos es más" en cuanto al textil, una gran alfombra en lugar de muchas, menos cojines en lugar de cuantos más mejor como hace años... Es el denominador común sea cual sea tu gusto decorativo.
Levantamos la vista a las paredes, donde los cuadros son elementos muy peculiares y subjetivos. Desde los paisajes, las siluetas, los abstractos, los retratos… cualquier lámina es una prolongación de la personalidad de sus propietarios y sus gustos. ¿Aún conservas los paisajes de la Toscana y las mujeres bañistas imitación a Sorolla en el mar Mediterráneo? ¡Es hora de sustituirlos!
“Si no sabes qué color utilizar, elige el negro”, ya lo dijo Pablo Picasso y este color sigue siendo el rey en decoración moderna. Su sencillez, su carácter, su elegancia y sofisticación le hacen inimitable y único. Sin embargo, hace años era poco o nada visto en la decoración de nuestras viviendas, por eso si hoy te decides a incluir elementos negros en tu hogar, le darás además un toque actual y moderno.
Las tendencias decorativas nos encantan porque van cambiando como nuestra propia evolución como personas. Nos gusta cambiar y renovar nuestro hogar dentro de las posibilidades. Hay familias a las que les resulta mucho más fácil si lo hacen de forma progresiva, poco a poco por estancias, por ejemplo. Primero un aire nuevo a los baños con escaleras de madera como toalleros, con plantas naturales o flores secas, luego a la cocina con taburetes altos, flores naturales y otros elementos decorativos como grandes lámparas de techo o varias combinadas iguales.
En los dormitorios nos gusta apoyar los espejos en el propio suelo como un punto de informalidad original. Quizá dentro de unos meses puedes cambiarlo. Incluir mesillas de noche mucho más originales, o baldas de la pared mínimas, que se alejan de aquellas mesitas clásicas con cajones y lamparitas auxiliares.
En general los espacios nos conquistan por sí mismos, especialmente en viviendas diáfanas para potenciar su amplitud y su luz natural, incluso prescindiendo de algunos elementos decorativos. Nos suele gustar ver espacios amplios sin la decoración tradicional, y muebles sin demasiadas piezas en ellos. Por ejemplo, muchas estanterías tienen grandes espacios “vacíos”, precisamente porque nos gusta la estantería como mueble visto, con una trasera distinta o para llamar más aún la atención sobre los pocos objetos que hemos decidido colocar en ella. ¡Olvídate de baldas repletas de libros donde no cabe ni un alfiler!
